En la segunda mitad del siglo XX las empresas han experimentado una nueva revolución que ha transformado completamente la forma de almacenar información y trabajar. La mayor parte de los empleados han pasado de estar en un espacio físico permanente a poder hacerlo desde cualquier lugar gracias a la llegada de Internet, los dispositivos móviles/portátiles y la nube.
No obstante, hasta hace poco el empleo de oficina sólo se podía desarrollar desde la propia empresa gracias a ordenadores conocidos como estaciones de trabajo o workstations y los sistemas de almacenamiento locales.
El mes de septiembre es un mes clave para el que hasta hace poco había sido el único modo de concebir la computación y el almacenamiento en las empresas: el trabajo local. Tanto si hablamos de ordenadores, como si se trata de discos duros.
El 4 de septiembre de 1956, IBM lanzó el sistema de almacenamiento en disco IBM 350, la primera unidad de almacenamiento de disco magnético comercial. Muy poco después, el 13 de septiembre de 1956, también IBM presentó el IBM 305 RAMAC, el primer ordenador comercial que utiliza una unidad de disco duro móvil. Además el 30 de septiembre se cumplen 65 años del nacimiento de Andreas «Andi» von Bechtolsheim, un ingeniero eléctrico e inversor, mejor conocido por ser cofundador de la empresa Sun Microsystems y haber diseñado la primera workstation.
Hoy en día la situación ha cambiado y es la nube quien ocupa un lugar fundamental en el día a día de muchas empresas por la optimización de procesos gracias a su facilidad de uso, la capacidad de computación que permite o la gran accesibilidad que proporciona. Sin embargo, todavía hay muchas que no quieren descartar el uso de workstations y sistemas de almacenamiento locales, dependiendo de sus necesidades y características.
“La estrategia de las empresas puede ser diversa desde el punto de vista de qué migramos al cloud. Como siempre, la respuesta no será única, dependerá de la estrategia de cada compañía, que será la que decida qué aplicaciones, sistemas, infraestructuras y datos son los relevantes y críticos y qué debe estar alojado en cloud y qué mantener en local”, afirma Miguel Ángel Barrio, Director de Entelgy Digital.
Incluso con el auge de la nube, los equipos de trabajo con alta capacidad de procesamiento y almacenaje autónomos siguen creciendo. Así, las ventas totales de PC de sobremesa, portátiles y estaciones de trabajo alcanzaron los 72,9 millones de unidades el segundo trimestre del año, un 9% más que hace un año, de acuerdo a un estudio elaborado por Canalys.
Analizamos diferentes aspectos que deben tener en cuenta las empresas a la hora de apostar por uno u otro sistema y aclaramos cuál resulta ganador en cada caso.
- Seguridad. Una de las grandes preocupaciones en el seno de las empresas es: ¿está segura la información teniéndola toda en la nube o sería mejor apostar por infraestructuras locales? Si bien es cierto que cualquier gran empresa tiene buenos sistemas de seguridad, la situación de las pymes no es la misma. De hecho, no muchas pueden permitirse dichos sistemas. Además, actualmente el nivel de seguridad proporcionado por los proveedores de servicios en la nube es mucho mayor y más económico que otro tipo de sistemas por lo que podemos concluir que la nube sale vencedor en este apartado.
- Conectividad y reducción de latencia. El apostar por las estaciones de trabajo físicas, sin duda, reduce la latencia al poder acceder a todos los archivos de forma casi inmediata. Además, la empresa se evita depender de un tercero, como puede ser un proveedor de internet y así en caso de que se caiga el sistema no afecte al trabajo. Pero al no depender de un tercero es necesario tener un departamento informático que asegure esa disponibilidad y las caídas del sistema pueden ser locales. Por lo que ninguna de los sistemas es el ganador en este apartado.
- La privacidad y el cuidado de los datos personales. Con la llegada de la RGPD en mayo de 2018 las empresas tuvieron que adaptar sus sistemas para adecuarse a esta legislación. Aquellas compañías que trabajan con la nube no fueron una excepción y de hecho, actualmente, ofrecen una información mucho más clara y auditable que algunos proveedores de sistemas locales. De este modo, el cloud se convierte en la mejor opción.
- Rendimiento. En este punto es algo que depende completamente de las necesidades de cada compañía. La nube ofrece una capacidad de procesamiento prácticamente infinita y escalable en función de las necesidades, puesto que el proveedor pone a disposición de sus clientes poderosos sistemas accesibles a través de internet. En este sentido, la capacidad de adaptar la contratación de servicios cloud a las necesidades, permite a las empresas controlar mejor los costes que en caso de tener que hacer grandes inversiones en estaciones de trabajo. Además con el auge del teletrabajo la migración a la nube será una tendencia cada vez más habitual, puesto que la menor importancia de las oficinas físicas limitan el uso de workstations y pone en valor las posibilidades y ubicuidad de la potencia en la nube.
Barrio concluye: “La combinación de ventajas e inconvenientes de ambos modelos dependerá de las necesidades del negocio y en base a eso se establecerán las directrices de la estrategia cloud, que sin duda es la apuesta de la industria y la futura evolución del modelo”.
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