Los gobiernos de la Unión Europea han autorizado este viernes la firma del acuerdo de libre comercio entre el bloque comunitario y Japón, que ambas partes cerraron hace justo un año y que se rubricará en una cumbre que se celebrará en Bruselas el próximo miércoles.
A la ceremonia de la próxima semana acudirá el primer ministro japonés Shinzo Abe y la UE estará representada por el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Los tres líderes firmarán tanto el Acuerdo de Asociación Económica (EPA, por sus siglas en inglés) como el Acuerdo de Asociación Estratégica (SPA).
No obstante, el tratado comercial no entrará en vigor hasta principios de 2019, una vez que el Parlamento Europeo de su consentimiento en otoño de este año y Japón cumpla con sus procedimientos nacionales.
La comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, ha celebrado el visto bueno de los Veintiocho a la firma del tratado comercial, que ha calificado como «el más grande y más avanzado» entre los concluidos por la UE, al tiempo que ha garantizado que supondrá beneficios «claros» para los ciudadanos y las empresas europeas.
«Junto con nuestros socios japoneses estamos mandando la fuerte señal al mundo de que nosotros todavía creemos en el comercio abierto y que el proteccionismo nunca es la respuesta», ha subrayado la liberal sueca.
El acuerdo económico cubre tanto productos como servicios –incluidos los financieros– y eliminará los aranceles en el 99% de los productos comerciados una vez concluyan los periodos de transición consensuados, algo más largos en el caso de productos sensibles como los automóviles y productos agroalimentarios.
En la actualidad, las compañías europeas pagan 1.000 millones de euros al año en derechos de aduana por exportar productos a Japón, según calcula la Comisión Europea. Las exportaciones europeas de bienes al país asiático se elevan a 58.000 millones de euros y a 28.000 millones en el caso de los servicios.
PRODUCTOS AGROALIMENTARIOS
El acuerdo de libre comercio entre la UE y Japón eliminará «drásticamente» los derechos de productos agrícolas. En concreto, Bruselas calcula que, cuando se aplique totalmente el tratado, el 85% de los productos agroalimetnarios de la UE podrán entrar en el país asiático libres de aranceles.
En el caso concreto del cerdo, el producto agrícola más exportado a Japón, se garantizarán las exportaciones libres de derechos de carne de cerdo transformada, mientras que las exportaciones de carne fresca de este animal estarán «prácticamente libres» de derechos.
Por su parte, los aranceles de carne de vacuno se reducirán del 38,5% al 9% a lo largo de quince años en para un volumen «significativo» de productos derivados.
Con respecto al vino, el segundo producto agrícola más exportado, los aranceles se eliminarán desde el primer día de aplicación del tratado desde el 15% que se aplica actualmente, al igual que los de otras bebidas alcohólicas.
En cuanto a las exportaciones de quesos, se eliminarán progresivamente los aranceles a muchos quesos de pasta dura, como el Goyda o el Cheddar, y se establecerá un contingente libre de derechos para quesos frescos como la Mozzarella.
Japón ha aceptado además proteger 205 indicaciones geográficas europeas, bastantes de ellas españolas, entre ellas el Azafrán de La Mancha, el Queso Manchego o el Turrón de Alicante, así como diversos vinos, uno de los sectores más beneficiados por el acuerdo.
PRODUCTOS INDUSTRIALES, CONTRATACIÓN PÚBLICA Y AUTOMÓVILES
En el capítulo de productos industriales, se eliminarán por completo los derechos de aduana a productos en los que la UE es «muy competitiva», como las sustancias químicas, plásticos, cosméticos, textiles o prendas de vestir. Los aranceles al calzado, a su vez, se reducirán del 30% al 21%.
Por otro lado, los aranceles sobre las exportaciones de productos de cuero como bolsos se eliminarán tras un periodo de diez años, al igual que los derechos sobre productos que tradicionalmente han contado con una importante protección en Japón, como el calzado deportivo o las botas de esquí.
En materia de contratación pública, las empresas europeas podrán participar en las mismas condiciones que las firmas niponas en las licitaciones públicas de las 48 «ciudades núcleo» japonesas, cuya población es de entre 300.000 y 500.000 habitantes. El acuerdo también eliminará los obstáculos existentes en la contratación pública del sector del ferrocarril.
Por último, Tokio y bruselas pactaron un periodo de transición para eliminar los aranceles en el sector del automóvil, mientras que el proceso de liberalización en el sector de componentes y piezas de vehículos será más rápido.