Las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) aprobadas por el Gobierno desde 2018 han provocado la desaparición de un total de 217.500 empleos, según un estudio que ha realizado la Confederación Española de la Pequeña y de la mediana Empresa (CEPYME).
En concreto, el alza del 35,9% del salario mínimo, desde los 735,9 euros mensuales en 2018 a los 1.000 euros actuales, ha generado la destrucción de 71.600 puestos de trabajo y ha evitado la creación de 145.900 empleos.
Relación entre el SMI y el salario medio ordinario
(1) Con el promedio del salario medio ordinario de los últimos cuatro trimestres al segundo de 2022. Fuente: CEPYME sobre la base de INE
Ante estos datos, CEPYME advierte de las nocivas consecuencias para el tejido empresarial, especialmente para las pequeñas y medianas empresas, de volver a subir el SMI al 60%, especialmente en un contexto en el que los costes de las empresas llevan subiendo varios trimestres consecutivos por encima del 20%, mientras que las ventas se desaceleran.
La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa insiste en que elevar el SMI conlleva una nueva subida de cotizaciones y recuerda que, desde 2018, las bases mínimas de cotización han subido cerca de un 40%. Y con la nueva subida del SMI sumarán un incremento del 46% desde ese año.
Los incrementos no moderados del salario mínimo inciden en el empleo, especialmente en los trabajadores con menor cualificación, perjudicando sobre todo a los profesionales más vulnerables. De hecho, la subida del SMI del 35,9% en los últimos 4 años provocó un fuerte freno en el empleo de las tareas elementales. Durante este periodo, la tasa de creación de empleo en tareas elementales se ralentizó hasta el 2,8%, frente a la tasa registrada entre 2013 y 2018, que se situaba en el 13,4%. También hay que tener en cuenta que 9 de cada 10 empleos destruidos por el alza del salario mínimo eran de mujeres.
Fuente: CEPYME sobre la base de INE y Ministerio de Trabajo
CEPYME recuerda que el incremento del SMI es competencia del Gobierno, previa consulta con los agentes sociales, pero que, como enuncia el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores, deberán tenerse en cuenta varios factores aparte de la evolución del IPC, como la evolución de la situación económica y del empleo y la productividad. En este punto, CEPYME destaca que la productividad de las pequeñas y medianas empresas se ha reducido considerablemente desde 2017.
Según datos del Indicador de la Pyme de CEPYME, de 2017 a 2021 la pyme registró un descenso acumulado de productividad del 7,5%.