Europa sigue inmersa en la pandemia de coronavirus. El aumento del número de casos, unido a la aparición de cepas nuevas y más contagiosas, ha obligado a muchos Estados miembros a reintroducir o intensificar las medidas de contención. Pero, al mismo tiempo, el inicio de los programas de vacunación en toda la UE ofrece motivos para mostrarse prudentemente optimistas.
El crecimiento económico se recuperará a medida que se relajen las medidas de contención
Según las previsiones económicas de invierno de 2021, la economía de la zona del euro crecerá un 3,8 % tanto en 2021 como en 2022. En el conjunto de la UE, la economía crecerá un 3,7 % en 2021 y un 3,9 % en 2022.
Las economías de la zona del euro y de la UE alcanzarían sus niveles de producción previos a la crisis antes de lo que anunciaban las previsiones económicas de otoño de 2020. En gran parte, esto obedece a que tanto en el segundo semestre de 2021 como en 2022 el crecimiento cobrará un impulso mayor de lo previsto.
Tras registrar un fuerte crecimiento en el tercer trimestre de 2020, la actividad económica volvió a contraerse en el cuarto, cuando la segunda ola de la pandemia llevó a reintroducir las medidas de contención. Dado que siguen aplicándose, en el primer trimestre de 2021 se prevé que se contraigan tanto la economía de la UE como la de la eurozona. El crecimiento económico se reanudará en primavera y cobrará impulso en verano a medida que avancen los programas de vacunación y se relajen poco a poco las medidas de contención. También se espera que contribuya a la recuperación la mejora de las perspectivas económicas mundiales.
Sigue siendo desigual entre los Estados miembros el impacto económico de la pandemia, como también se prevé que varíe significativamente la rapidez de la recuperación.
Las previsiones de inflación se mantienen moderadas
Se prevé que la inflación en la zona del euro pase del 0,3 % en 2020 al 1,4% en 2021, para bajar ligeramente al 1,3 % en 2022. Si bien se mantienen en general moderadas, tanto en la eurozona como en la UE empeoran ligeramente con respecto a otoño las previsiones sobre inflación. El retraso en la recuperación seguirá frenando las presiones de la demanda agregada sobre los precios. En 2021 podrá haber un impulso temporal al alza debido a los efectos de base positivos de la inflación energética, a los ajustes fiscales —sobre todo en Alemania— y al impacto de la demanda acumulada sobre ciertas limitaciones de la oferta aún observadas. En 2022, al ajustarse la oferta y atenuarse los efectos de base, cabe esperar que la inflación disminuya de nuevo.
Persiste una gran incertidumbre y oportunidades y amenazas significativos
Pese a persistir una gran incertidumbre, desde el otoño hay mayor equilibrio entre las amenazas y las oportunidades que acompañan a las previsiones y que, sobre todo, dependen de cómo evolucione la pandemia y del éxito de las campañas de vacunación.
Las oportunidades van ligadas a la posibilidad de que el proceso de vacunación permita relajar las medidas de contención más rápidamente de lo previsto, lo que llevaría a una recuperación más temprana e intensa. A ello hay que añadir que NextGenerationEU, instrumento de recuperación europeo cuya piedra angular es el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), podría propiciar un crecimiento mayor de lo esperado, pues las previsiones no contemplan la mayoría de las medidas de financiación previstas.
En cuanto a las amenazas, a corto plazo la pandemia podría ser más grave o persistente de lo previsto; también podría haber retrasos en los programas de vacunación. Esto podría demorar el levantamiento de las medidas de contención, lo que, a su vez, afectaría a los tiempos y la intensidad de la esperada recuperación. Pero también existe el riesgo de que la crisis deje cicatrices más profundas en el tejido económico y social de la UE, principalmente debido a quiebras generalizadas y a la pérdida de puestos de trabajo, que perjudicarían al sector financiero, aumentarían el desempleo de larga duración y agravarían las desigualdades.
Para Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo responsable de Una Economía al Servicio de las Personas, “estas previsiones ofrecen una verdadera esperanza en un momento de gran incertidumbre. El claro repunte del crecimiento previsto en el segundo semestre de este año hace muy patente que llegamos a la recta final de la crisis. Para afrontar los problemas que plantean la pérdida de puestos de trabajo, el debilitamiento del sector empresarial y el aumento de las desigualdades, será fundamental que la respuesta europea sea firme. Aún así, mucho tendremos que hacer para paliar las consecuencias socioeconómicas en general. Nuestro paquete de medidas de recuperación ayudará mucho a impulsar la recuperación, a lo que también contribuirán el avance de la vacunación y una probable recuperación de la demanda mundial”.
Por su parte, Paolo Gentiloni, comisario de Economía, ha señalado que “seguimos inmersos en el doloroso trance de la pandemia, cuyas consecuencias sociales y económicas son más que evidentes. Pero vemos, por fin, luz al final del túnel. En los próximos meses, a medida que aumente el número de personas vacunadas, cabe esperar que se relajen las medidas de contención y sea así posible un repunte en primavera y verano. La economía de la UE volvería a los niveles de PIB previos a la pandemia en 2022, antes de lo previsto anteriormente, aunque la producción perdida en 2020 no se recuperará con tanta rapidez ni al mismo ritmo en toda la Unión. Esta previsión está sujeta a múltiples riesgos, relacionados, por ejemplo, con las nuevas variantes de la COVID-19 y con la situación epidemiológica mundial. Pero, por otra parte, en los próximos años es de esperar que Next Generation EU suponga un fuerte impulso a las economías más afectadas, lo que aún no se contempla en las previsiones actuales”.
Las previsiones económicas de invierno de 2021 actualizan las previsiones económicas de otoño de 2020, presentadas en noviembre del año pasado, y se centran en la evolución del PIB y la inflación en todos los Estados miembros de la UE. Se basan en dos importantes supuestos técnicos relacionados con la pandemia. En primer lugar, que las medidas de contención, muy estrictas en el cuarto trimestre de 2020, sigan siéndolo en el primero de 2021. Las previsiones parten del supuesto de que las medidas empiecen a relajarse hacia el final del segundo trimestre y más claramente en el segundo semestre del año, una vez vacunada la población más vulnerable y un creciente número de adultos. El segundo supuesto es que las medidas de contención ya sean marginales hacia finales de 2021 y que en 2022 solo se mantengan en sectores específicos.