El comercio minorista y mayorista afronta un escenario cada vez más exigente, con crecientes presiones económicas, cambios en los modelos de colaboración con los proveedores y un entorno geopolítico incierto.
Las empresas mayoristas no solo lidian con la inflación; también deben gestionar las condiciones impuestas por gigantes del ecommerce como Amazon, un desafío diario que afecta a precios, logística y márgenes de beneficio. Además, la digitalización avanza con rapidez y se ha vuelto esencial para mantener la posición de mercado. Por otro lado, factores externos como la guerra en Ucrania, el conflicto en Gaza o las tensiones comerciales con EE. UU. añaden incertidumbre al panorama global.
En este contexto, ERA Group señala cinco aspectos que marcarán el futuro del comercio mayorista y minorista.
Tendencias del comercio mayorista y minorista
- Desaceleración de la inflación y tasas de interés: A medida que la inflación se desacelera y las tasas de interés bajen, el poder adquisitivo de los consumidores podría recuperarse. Y, a su vez, el aumento del consumo permitiría a las empresas invertir en infraestructura y ampliar su oferta de productos y servicios.
- Tecnología e Inteligencia Artificial: Desde la automatización de inventarios hasta la optimización de rutas de entrega, las nuevas tecnologías agilizan procesos, reducen costes y mejoran la experiencia del cliente. La Inteligencia Artificial, por ejemplo, está transformando la previsión de demanda, la gestión de almacenes y la distribución, permitiendo minimizar desperdicios y mejorar la toma de decisiones estratégicas. Además, la incorporación de robots en centros logísticos acelera el procesamiento de pedidos y reduce errores en la manipulación de productos.
- Sostenibilidad: La sostenibilidad se ha convertido en un pilar fundamental para las empresas mayoristas. La reducción del impacto ambiental mediante el uso de embalajes reciclables, la optimización del transporte y la incorporación de fuentes de energía renovable no solo ayuda a cumplir con normativas internacionales, sino que también mejora la reputación de la marca y fomenta la fidelidad de los clientes.
- Escasez de personal: La falta de mano de obra en sectores clave como la logística y la distribución obliga a las empresas a reforzar sus estrategias de captación y retención del talento. Mejorar las condiciones laborales y apostar por la formación continua son algunas de las soluciones para revertir esta situación.
- Cambios en el comportamiento del consumidor: Con el auge del comercio electrónico y la creciente demanda de prácticas éticas y sostenibles, los mayoristas deben adaptar su propuesta de valor a las nuevas expectativas del mercado. Esto implica mejorar la experiencia de compra digital, ofrecer mayor transparencia en la cadena de suministro y garantizar entregas más rápidas. Personalizar la oferta a través del análisis de datos también será un factor diferencial.
El modelo DTC: una nueva oportunidad para los mayoristas
Ante la evolución del comercio electrónico, el modelo Directo al Consumidor (DTC) se está consolidando como una vía para mejorar la rentabilidad y la relación con los clientes. Este enfoque permite a los mayoristas vender directamente al consumidor final, sin intermediarios, lo que se traduce en un mayor control sobre la experiencia del cliente y una ampliación de los márgenes de beneficio.
El auge de las plataformas digitales y los cambios en los hábitos de compra han impulsado esta transición hacia la venta directa, pero para implementar con éxito el modelo DTC, los mayoristas deben optimizar sus operaciones logísticas, reforzar la atención al cliente e invertir en posicionamiento de marca.