En la actualidad en unas pocas horas se crean más ejemplares de malware que durante toda la última década del siglo XX.
Los objetivos han cambiado, las técnicas se han sofisticado, los vectores de entrada se han multiplicado y las herramientas se diseñan de forma más específica. Cada vez más, los atacantes estudian minuciosamente a sus víctimas para adaptar su estrategia de ataque y conseguir provocar el mayor impacto posible.
Eficiencia, eficacia, efectividad y rentabilidad que quedan demostradas por el recuento de hasta 75 millones ficheros de malware distintos creados hasta el mes de octubre, lo que se traduce en 285.000 nuevas muestras detectadas al día por PandaLabs.
¿Qué ha sido tendencia en 2017?
– El objetivo económico se comparte en más de la mitad de los ataques, mientras que el espionaje representa la segunda motivación de los atacantes.
– Los ataques ocultos con movimientos laterales adaptativos, uno de los tipos de ataque que se está haciendo demasiado común.
–Ataques sin malware: se ha convertido en una de las amenazas preferidas por los atacantes. Prefieren permanecer invisibles a las protecciones tradicionales y no necesitar de la interacción humana por parte del atacado y poder doblar la rentabilidad al optimizar el efecto del ataque.
– Creación de nuevas herramientas para explotar vulnerabilidades y búsqueda del éxito de su ataque al margen de la acción humana a partir de nuevos vectores de ataque.
–El objetivo es el endpoint. El perímetro se ha difuminado, la movilidad es el día a día en cualquier empresa y las redes corporativas están mucho más expuestas.
–Ex empleados que intentaron extorsionar a sus antiguas empresas, hasta el punto de que los ataques iniciados por actores internos.
-Mayor presencia de grupos de cibercriminales organizados, como Lazarus Group, atacando a medios de comunicación, sectores como el aeroespacial y el financiero, así como infraestructuras críticas tanto en EEUU como en otros países.
–Ciberguerra y ciber-ejércitos: en plena carrera armamentística en el ciberespacio, las naciones están creando cibercomandos ya que necesitan reforzar sus defensas ante cualquier ataque a empresas o infraestructuras de interés nacional.
El año, en cifras:
PandaLabs ha analizado y neutralizado un total de 75 millones de ficheros de malware este 2017, lo que supone una media de 285.000 nuevos ejemplares al día.
Un hecho está claro: hay muchos más ejemplares de malware infectando cada uno menos máquinas. Cada muestra de malware atacará el mínimo número de ordenadores posibles para pasar desapercibido y así minimizar el riesgo de detección y conseguir su objetivo.
Este hecho se respalda en que de todo el nuevo malware (ficheros PE) nunca visto antes de este año (15.107.232), solo el 99,10% ha sido visto una única vez; es decir en 14.972.010 muestras. Si miramos las cifras desde el otro extremo, vemos que efectivamente una insignificante parte de todo el malware está realmente extendido. Sólo hemos visto 989 ficheros de malware en más de 1.000 ordenadores, el 0,01%.
Esto viene a confirmar lo que ya sabíamos, que salvo contadas excepciones –como WannaCry o HackCCleaner– la mayor parte del malware cambia cada vez que infecta, por lo que cada ejemplar tiene una distribución muy limitada.
Predicciones de ciberseguridad para 2018
Ciberguerra y sus consecuencias: En lugar de una guerra abierta donde se puede diferenciar a cada bando, estamos ante una estrategia de guerrillas con ataques aislados cuyos autores nunca acaban de estar claros. Freelancers al servicio del mejor postor, operaciones llamadas de bandera falsa y un incremento de víctimas colaterales de estos ataques es lo que nos depara el 2018.
Malwareless – ataques de hacking: aumentará la cantidad de este tipo de ataques que abusan de herramientas no maliciosas para llevar a cabo sus ataques. También aquellos ataques que utilicen aplicaciones comprometidas.
Malware para dispositivos móviles e Internet of Things seguirá en alza. En general, los dispositivos IoT no están en el punto de mira de los ciberdelincuentes como objetivo final. Lo que sucede es que estos dispositivos aumentan la superficie de ataque, por lo que utilizarlos como vía de entrada a la red de nuestra empresa va a ser cada vez más frecuente.
Más ataques avanzados y ransomware para el nuevo año: tienen un retorno de inversión muy alto con un riesgo muy bajo.
Mayor conciencia de ataques en empresas: por primera vez el público será consciente de los ataques que se producen y que en muchos casos se esconden gracias a la aplicación del reglamento GDPR.
Redes Sociales y Propaganda: incremento de fake- news por la capacidad de estas plataformas para influir en la opinión pública. Facebook, la red social más grande del mundo, está tomando ya cartas en el asunto. Si se descubre que una página de Facebook distribuye repetidamente noticias falsas, prohibirá que ésta se publicite en la red social.
Criptomonedas: El uso de las criptomonedas seguirá creciendo, y también crecerá de forma notable toda la ciberdelincuencia que lo rodea, como las infecciones de equipos con software de minería de criptomonedas o el robo de wallets de usuarios.
Conclusiones
Las actualizaciones de seguridad deberían formar parte de un proceso prioritario dentro de todas las empresas. Casos como el WannaCry o el de Equifax lo así lo reafirman ya que cada día que pasa sin parchearse un sistema vulnerable está en riesgo tanto la reputación de la compañía, la integridad de la información propia, de clientes y proveedores. Incluso la producción puede ponerse en peligro e incurrir en pérdidas millonarias.
Los países están invirtiendo cada vez más en capacidades defensivas y ofensivas, con el punto de mira en infraestructuras críticas.
El 2018 dibuja un entorno más peligroso, lo que obliga a implantar un cambio de mentalidad y estrategia para conseguir las mayores cotas de seguridad y proteger los activos en la red.
Tanto en el ámbito empresarial como particular, la formación y concienciación son aspectos clave en estos momentos para mejorar la situación en lo que a ciberseguridad se refiere
El conocimiento de los ataques debe ser la base para establecer las defensas apropiadas. Herramientas de Machine Learning y el trabajo de investigación de los equipos de Threat Hunting como el de Panda Security son fundamentales para evitar futuras intromisiones.
Los ficheros de firmas ya no sirven y las cifras hablan por sí mismas: más del 99% de todo el malware no vuelve a aparecer nunca más en ningún otro lugar.
Hay un problema de enfoque: aquellas soluciones de seguridad tradicionales que siguen centradas en luchar contra el malware, están condenadas a extinguirse si no cambian de estrategia.
Y por supuesto, no podemos olvidar la cooperación internacional y la creación de un marco legislativo común, como será el GDPR; como algunos de los aspectos clave de una estrategia de ciberseguridad.
Conoce Casos Reales, repasa lo más comentado del año y amplía toda la información de lo que nos depara 2018 en el Reporte Anual de PandaLabs.