S&P ha apuntado que consideraría elevar el 'rating' de España si se produce un crecimiento del PIB mayor del esperado

S&P mantiene el rating ‘BBB+’ con perspectiva ‘estable’ de España «pese a la incertidumbre política»

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Actualizado 02 | 04 | 2016 10:52

La agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s (S&P)ha mantenido el ‘rating’ de la deuda soberana ‘BBB+’ de España con perspectiva ‘estable’ «pese a la incertidumbre politica y el desafío que supone el déficit», que finalmente ha cerrado el año en el 5,16% del PIB.

S&P, que elevó en un escalón el ‘rating’ de España el pasado mes de octubre por el éxito de las reformas en la economía, ha vuelto a valorar de forma positiva el «fuerte» desempeño de la economía española en comparación con el resto de países de la eurozona.

En este sentido, S&P ha indicado que, a no ser que se produzca una derogación de las reformas, el ritmo actual de crecimiento económico y creación de empleo continuará durante los próximos años. Además, no prevé que el PIB de España alcance el nivel anterior a la crisis hasta el próximo año.

Sin embargo, la agencia ha advertido de que la «prolongada incertidumbre política» puede suponer riesgos a la baja para sus perspectivas de crecimiento, ya que el nuevo Ejecutivo tendrá que realizar un mayor ajuste presupuestario tras la «gran desviación» del déficit en 2015.

Respecto a la relación del Gobierno central con las autonomías, la agencia prevé que la tensión se atenúe «gradualmente», ante lo que ha asegurado que Cataluña «continuará formando parte de España». De no ser así, la agencia ha advertido de que las perspectivas económicas se debilitarían.

Pese a ello, S&P ha advertido de que continúa el riesgo de un desvío presupuestario «crónico» en las autonomías, consecuencia tanto de una «falta de disciplina» de gastos como la «rigidez del sistema financiero español responsable de la redistribución de los recursos fiscales».

INCERTIDUMBRE EN LAS REFORMAS

Otra de las incertidumbres «significativas» a las que hace referencia la agencia de calificación es la posibilidad de que los próximos gobiernos no «mantengan» o ni incluso «aumenten» el ritmo «récord» de reformas que se han implementado en el país desde el año 2010.

«No está claro qué implicaría un posible cambio futuro de tendencia política para la principal debilidad de España, su alta tasa de desempleo», ha avisado la agencia, que ha recordado que la actual tasa de paro, situada en el 20,9%, continúa siendo la segunda más alta en el conjunto de la Unión Europea.

Asimismo, la agencia ha destacado la dualidad del mercado laboral español, con unos trabajadores temporales «desprotegidos» frente a los contratos indefinidos. En este sentido, la agencia ha destacado que el coste de las cotizaciones a la Seguridad Social supera el 20% de los gastos laborales totales, lo que a su juicio supone una «limitación» de flexibilidad económica.

RIESGO DE «RELAJACIÓN» FISCAL

Por otro lado, la agencia ha advertido de que España tendrá que realizar un mayor ajuste presupuestario si quiere cumplir su objetivo de estabilidad.

En este sentido, la agencia prevé una consolidación fiscal «considerablemente» más lenta, ante lo que prevé que España alcanzará un déficit del 3,2% en 2016, como consecuencia del «lento progreso» para estrechar el déficit de la seguridad social, lo que en parte refleja que «la mayoría» del reciente aumento de empleo se ha producido con contratos temporales.

«Nuestras previsiones relativamente conservadoras reflejan la incertidumbre en los planes fiscales del futuro Gobierno, a la luz del actual Parlamento indeciso, incluidos los riesgos de un cambio de política hacia un ritmo más relajado de consolidación fiscal», ha explicado.

Asimismo, S&P ha indicado que el dato final de déficit de 2015 pone de manifiesto que la postura fiscal fue «acomodada», ante lo que ha destacado el aumento de gasto de las autonomías, que ha relacionado en parte con la celebración de elecciones.

La agencia también ha vinculado el aumento de déficit con la decisión del Gobierno de devolver la paga extra a los funcionarios de cara a las elecciones, además de «la inclusión de BFA -la matriz de Bankia– dentro del perímetro del Gobierno central».

Respecto a la rentabilidad de los bancos españoles, la agencia ha destacado que mejorará aunque de forma «modesta», dada la «dificultad de mantener ganancias en un contexto de bajos tipos de interés» y ante la creciente competitividad.

Sin embargo, S&P no prevé que el Gobierno tenga que hacer frente a gastos fiscales adicionales relacionados con el sistema bancario, ante lo que ha indicado que su exposición a activos problemáticos «continuará reduciéndose».

PERSPECTIVA ‘ESTABLE’

Ante el mantenimiento de la perspectiva ‘estable’ del ‘rating’ español, la agencia ha indicado que refleja su opinión de que el impulso de recuperación económica continuará, lo que junto a una consolidación gradual presupuestaria, «equilibrará los riesgos de la incertidumbre política».

Además, la agencia ha considerado que se producirá una continuidad «general» en la política del próximo Gobierno y que los acontecimientos políticos en Cataluña «no debilitarán» la confianza de los inversores.

De esta manera, S&P ha apuntado que consideraría elevar el ‘rating’ de España si se produce un crecimiento del PIB mayor del esperado o si el déficit presupuestario se reduce «significativamente».

Por el contrario, la agencia ha advertido de que consideraría rebajar el ‘rating’ a España si el crecimiento de su economía cae por debajo de sus expectativas, el mercado laboral no continúa mejorando o si la política monetaria de la eurozona no consigue contener la presión de una deflación.

Esta confirmación del ‘rating’ de España tiene lugar un día después de que la agencia de calificación rebajase sus expectativas de crecimiento para la economía española en 2016 y 2017, cuando prevé que el PIB crezca un 2,6% y un 2,5%, respectivamente.


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