Cuando pensamos en videojuegos o en la última tecnología, como la realidad virtual, lo primero que pasa por nuestra mente tiene que ver con el ocio, el entretenimiento y la diversión.
Históricamente, este ha sido el primer acercamiento que hemos tenido desde niños a la tecnología, pero en la actualidad podemos decir que los videojuegos e incluso la Realidad Virtual son una herramienta más de nuestro aprendizaje y formación.
Aunque se encuentran perfectamente integrados en la sociedad, a menudo los videojuegos tienen que hacer frente a varios tópicos y estigmas que los acusan de generar aislamiento social o de incitar a la violencia. En este sentido, Zero Latency ha querido acabar con estos falsos mitos promoviendo el desarrollo de diferentes “skills” y destacando los beneficios que aporta el juego activo.
Formación laboral y éxito en el trabajo
Cuando llegamos a la edad adulta y es el momento de incorporarnos al mercado laboral hay que tener en cuenta que las compañías buscan un perfil de trabajador que combine perfectamente capacidades digitales con habilidades sociales. Por eso en los procesos de selección actuales se valoran positivamente las Soft Skills, o habilidades blandas fundamentales para el desempeño laboral. En este sentido aquellos profesionales que siguen jugando a videojuegos en su edad adulta continúan desarrollando algunas de las habilidades más demandadas como:
- Trabajo en equipo. La posibilidad de construir un entorno extraordinario, que invite a los jugadores a experimentar sensaciones reales en un mundo virtual permite cohesionar y mejorar la relación entre los miembros de un equipo de trabajo. El éxito de una empresa puede depender de la capacidad de sus trabajadores para cooperar y trabajar unidos.
- Los juegos que fomentan la adopción de roles ayudan a los profesionales a incrementar su capacidad de liderazgo, gracias al desarrollo de habilidades que les permiten ejercer una influencia positiva en los demás. Además, todo buen líder necesita saber rodearse de un buen equipo de trabajo al que poder transmitirle su visión, para conseguir que le apoyen y le ayuden en sus tareas diarias.
- Comunicación. Participar en juegos cooperativos favorece el desarrollo de habilidades de comunicación ya que precisan de una agilidad, precisión y claridad a la hora de que todos los miembros del equipo comprendan los mensajes y órdenes para lograr una ventaja frente al enemigo. En su aplicación en el entorno laboral, fomentará el establecer canales de comunicación entre el equipo para resolver dudas o debatir posibles estrategias a seguir.
- Respuesta y adaptación a situaciones de estrés. Desarrollo de habilidades como la estrategia y la toma de decisiones en situaciones críticas. Jugar a videojuegos puede ayudarnos a mejorar nuestra capacidad de autocontrol y saber cómo afrontar ciertas situaciones comprometidas, como sobrecarga de trabajo, problemas con el proyecto, despidos, etc. Por ejemplo, muchos jugadores aprenden a definir estrategias útiles a través de sus emociones para hacer frente al estrés y de este modo lograr recompensas para poder pasar de nivel en la historia.
Estas son solo algunas de las soft-skills más representativas que deberíamos tener en cuenta desde la infancia hasta la vida adulta, si queremos lograr el éxito desde una perspectiva tanto educativa como lúdica.
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