Salir de la zona de confort

Salir de la zona de confort

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©javieririondo.es

Actualizado 09 | 03 | 2018 10:30

Aunque aparentemente suene como algo positivo, la realidad es que no intentar salir de  la zona de confort es una de las razones por las que nos atascamos y no logramos progresar.

Es innegable que todos buscamos un cierto grado de seguridad en la vida dado que es una de nuestras necesidades primarias (recuerda la Pirámide de Maslow), y la zona de confort ofrece esa falsa sensación de seguridad psicológica. Pero, en realidad, puede convertirse en un lugar donde no podremos crecer, ni evolucionar como personas.

¿QUÉ ES LA ZONA DE CONFORT?

La zona de confort es un estado mental que nos mantiene prisioneros de la misma rutina diaria y nos convierte en víctima de los mismos hábitos. En ese lugar acabamos haciendo siempre lo mismo, sin arriesgarnos a probar nada nuevo, viviendo en la seguridad de lo conocido por aburrido que pueda llegar a ser. Reducimos nuestra experiencia vital y nuestro mundo a un pequeño reducto que conocemos y sentimos que podemos controlar y en donde nos sentimos a salvo.

Pero la vida es antirutinaria y cuando la forzamos a que sea justo lo contrario, la vida deja de ser vida. Hacer siempre lo mismo por miedo al fracaso -o a lo desconocido- puede esconder un problema de baja autoestima o de falta de confianza en uno mismo. Y lo curioso es que precisamente esa autoestima crece aceptando los retos que el destino nos presenta y enfrentándonos a aquello que no controlamos o tememos, aquello que nos saca de la zona de confort.

La vida comienza al final de tu zona de confort

Esa zona de confort en algunos casos también tiene que ver con ciertas convicciones y profundas creencias limitantes. Por ejemplo, se me vienen a la mente esos casos de personas que se encierran en sí mismas, que sólo escuchan a quienes piensen como ellos y rechazan todo lo que no encaje con sus esquemas mentales previamente establecidos. Todo ello provoca que vivan en su particular micromundo del que no quieren salir, y frenando cualquier posibilidad de evolución o desarrollo personal.

No lo olvides: las creencias se encierran en sí mismas; el conocimiento se abre para descubrir y expandirse.

Como decía Neale Donald Walsch, la vida comienza al final de tu zona de confort, y lo cierto es que si no hacemos nada nuevo, ni creceremos ni aprenderemos. Por ello, hay algo que deberíamos tener presente: la confianza y la autoestima crecen de forma directamente proporcional a los desafíos y miedos a los que nos enfrentamos. Cuanto más evitamos y huimos de ellos, más los perpetuamos en nuestra vida.

La cuestión es que las supuestas modernas vidas que todos tenemos -y a pesar de toda la tecnología del mundo- están absolutamente dominadas por nuestros primitivos miedos. Y ello se deba a que la función principal de nuestro cerebro desde hace miles de años es protegernos de todo aquello que pueda suponer un peligro o una amenaza.

El problema hoy en día es que nuestro cerebro sigue funcionando exactamente igual que hace miles de años, pero ahora nuestras terribles amenazas son el miedo al fracaso, el miedo al rechazo, el miedo al futuro, el miedo al qué dirán, a la soledad, al aburrimiento, al amor, al desamor, a no ser lo suficiente bueno y la lista sigue y sigue… Pero esconderse en la cueva de la zona de confort no es la solución, sino el problema.

CÓMO SALIR DE TU ZONA DE CONFORT

a) Enfréntate aunque te de miedo

Si quieres cambiar, si quieres mejorar, si quieres crear tu negocio, si quieres progresar en la vida, tener una mejor relación, una mejor familia, vas a tener que hacer muchas cosas que son difíciles. Muchas veces serán incómodas y puede que no sepas ni cómo hacerlas, que van a ser un riesgo, que te van a obligar a salir de tu rutina y de tu comodidad, de la supuesta seguridad de tu zona de confort y que te van a dar miedo.

b) Acepta que la incertidumbre y el error forman parte del camino

Eso provoca una enorme contradicción en nuestro interior: se genera una lucha interna entre esa parte de nosotros que quiere progresar y mejorar, entre eso que queremos conseguir, y nuestro cerebro que nos quiere proteger, que no quiere que nos hagamos daño, que no quiere que suframos desilusiones, que no se quiere arriesgar; que tiene un terror acérrimo a fracasar.

c) Toma decisiones: son el primer paso de cualquier cambio

Aunque tienes que saber que hay un valiente dentro de nosotros que quiere salir, que siente que podemos dar más y ser mejores. Y ese valiente en ocasiones está ahí retenido, esperando a que le demos la oportunidad de salir y demostrar de lo que somos capaces y de lo que verdaderamente valemos. Por ello, puede que este sea el momento para tomar decisiones, para dejar salir a ese valiente, para salir de la zona de confort, para arriesgarte, para darte la oportunidad de que descubras tu verdadero potencial.

¿POR QUÉ DEBEMOS SALIR DE LA ZONA CÓMODA?

a) Porque si no lo hacemos nos podemos perder una parte importante de la vida. Si no salimos de nuestra comodidad, llegará un momento en el que puede que la sensación de vacío inunde nuestra vida, o que quede flotando en el aire la eterna pregunta de ¿y qué podría haber pasado si hubiese…?

b) Dejar la zona de confort es el inicio de una vida más plena. Necesitamos desafíos que nos reten, enfrentarnos a situaciones que saquen lo mejor que tenemos dentro; enfrentarnos a nuestros miedos para conquistarnos a nosotros mismos, dejar de evitar situaciones que pueden ser grandes oportunidades; dejar de sentirnos retenidos y así sentir la pasión que llena el corazón y nos hace sentir más vivos.

c) Tenemos que salir de la zona de confort para poder crecer, para vivir experiencias nuevas, conocer nuevas personas, lugares, para renovarnos y descubrirnos a nosotros mismos.

¡Pero ojo! Que tampoco se te escape de las manos

Aunque también tenemos que utilizar el sentido común para saber que no debemos convertir la vida en un reto constante y huir cada día de la zona de confort. Ante todo, lo importante es el equilibrio, y en la vida hay fases donde tenemos que encontrar la calma y sentirnos cómodamente en nuestra pequeña rutina; estar presentes, reflexionar, descansar, desconectar de todo y encontrarnos con nosotros mismos. Y hay otros momentos en los que tenemos que salir ahí fuera, enfrentarnos a nuestros miedos, a la incertidumbre y seguir creciendo.

¡¡¡A por ello!!!

 


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