Los efectos de la pandemia que estamos atravesando se van manifestar, en mayor o menor medida en todos los países. Las medidas implantadas ante la alerta sanitaria,restringiendo los movimientos de la población en la mayor parte de las economías tiene su repercusión en los negocios, grandes, medianos o pequeños.
Ni las medidas, ni el tiempo de aplicación, ni los planes de salida a la nueva realidad están siendo los mismos en todos los estados. Las empresas con actividad exterior tendrán que estar atentas ahora a un mayor número de factores para desarrollar su actividad de forma eficiente.
De acuerdo con los datos adelantados por el INE (Instituto Nacional de Estadística), el PIB español en el primer trimestre ha caído un 5,2 % en términos de volumen respecto al trimestre anterior. Las exportaciones de bienes y servicios caen un 6,3% respecto al primer trimestre de 2019, lo que supone 9,6 puntos menos que en el trimestre anterior.
Como bien señalan desde la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), en un entorno que cambia tan rápidamente es muy difícil cuantificar la magnitud exacta del impacto que sufrirá el crecimiento del PIB. Pero, según el organismo internacional, la primera repercusión directa puede alcanzar un recorte de una quinta o una cuarta parte para muchas economías, con el gasto en consumo cayendo un tercio. En esta situación tan complicada, las empresas internacionalizadas van a tener que revisar a fondo su plan de negocio para mantener su viabilidad.
Qué tienen que valorar las empresas en el exterior
Con el confinamiento el negocio se ha visto alterado por la situación propia y por la que enfrentan clientes y proveedores. Aquellas empresas que tienen trabajadores ubicados en otros países, con la posibilidad de poder seguir realizando sus tareas o no, por las restricciones puestas en cada zona, tienen que gestionarlo. Las medidas de apoyo implantadas por los diferentes países pueden generar dudas sobre su situación. La OCDE anima a los estados a cooperar en esta materia y ha publicado una guía para ayudar en el tema de los impuestos.
El impacto para la actividad de la empresa dependerá del sector en el que se mueva. De acuerdo con los datos del Observatorio Sectorial DBK de INFORMA, turismo, comercio al por menor no alimentario, automoción y componentes, textil/confección, bienes de consumo duradero y actividades de ocio y culturales son los 6 sectores que tendrá un fuerte impacto negativo a corto plazo.Al contrario, industria y distribución de productos alimentarios y tabaco, farmacia-salud, agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, telecomunicaciones, servicios urbanos y gestión de residuos, envases, actividades de alquiler, otros productos de consumo y comercio electrónico registrarán un impacto moderado.
Otros sectores que registrarán un impacto significativo son construcción y materiales, actividades inmobiliarias, servicios a empresas, finanzas, seguros, energía, transportes, química industrial, metalurgia y productos metálicos, productos eléctricos y electrónicos, maquinaria y equipos, edición y medios, educación, bebidas, industrias extractivas, otros sectores manufactureros y mayoristas.Además, el sector financiero, que se enfrentará a un aumento de las tasas de morosidad, y el de la energía, que acusará el efecto del desplome de los precios del petróleo.
Las empresas españolas con actividad exterior tienen que analizar la situación de su sector y la previsible evolución en los mercados en los que están presentes. Y detectar posibles proveedores alternativos en caso de que fallen los actuales. Mantener la producción es clave para retener a los clientes. Si estos también se encuentran en problemas habrá que estudiar cómo gestionar cada caso, y buscar también nuevas alternativas, quizás otros mercados que tengan una mejor situación.
No parece que vaya a ser algo fácil, así que las empresas con actividad exterior, especialmente las pymes, tendrán que estar atentas a aquellas ayudas que puedan recibir para conseguir poner todas estas medidas en marcha. Por ejemplo, CESCE ha puesto en marcha, por Cuenta del Estado y con carácter extraordinario, una línea de cobertura aseguradora de créditos de circulante de hasta 2.000 millones de euros, para empresas afectadas por el Covid19.
Apoyarse en toda la información que puedan reunir de fuentes fiables y actualizadas sobre los mercados y las empresas, recurrir a las oficinas comerciales en el exterior, y tener planes alternativos ayudará a las empresas con actividad en el exterior a enfrentar esta nueva realidad.
