En sus solo 10 años de existencia, el modelo de negocio “freemium” ha triunfado, particularmente en la industria del software y las apps.
Si te estás planteando montar tu propia empresa, es sin duda una opción muy interesante a considerar. Te contamos exactamente en qué consiste el modelo freemium, tipos y retos.
¿Qué es el modelo freemium?
El modelo freemium parte de la combinación de las palabras inglesas “free” y “premium”. Consiste en ofrecer la versión básica de un servicio de manera gratuita “free” como manera de atraer a usuarios hacia un modelo “premium” de pago y con ventajas adicionales. Este esquema de negocio es muy popular en el mundo del software; algunos de sus ejemplos más conocidos son Skype, Dropbox y Spotify.
Tipos de modelos freemium
Los tipos de modelos freemium se definen en función de la restricción que escojan para los usuarios gratis. Los más comunes son:
- Modelo limitado por funcionalidad: la versión gratuita cuenta con un número de opciones más limitado que la de pago.
- Modelo limitado por uso: solo se puede usar gratis un número de veces predeterminado, después hay que pagar para seguir usándolo.
- Modelo limitado por capacidad: es el caso de Google Drive o Dropbox, que ofrecen una capacidad de almacenamiento limitada a los usuarios de la versión gratuita.
- Modelo limitado por tiempo: la versión de prueba es gratis durante un periodo determinado, pero para adquirir el servicio de manera permanente es necesario pagar.
- Modelo limitado por tipo de cliente: por ejemplo, el servicio es gratis para particulares pero de pago para empresas.
- Modelo limitado por publicidad: para no tener que consumir publicidad, es necesario comprar el modelo de pago. El ejemplo más conocido es Spotify.
Los 3 grandes retos del modelo freemium
La popularidad del modelo freemium no deja lugar a dudas de su éxito, pero como toda estrategia de negocio se enfrenta a retos y limitaciones. Estos son los tres grandes obstáculos que tendrás que superar si te decides por el freemium:
- Lograr un volumen suficiente. La mejor manera de comprender este problema es mediante un ejemplo. Supongamos que tu producto es una app freemium cuya versión de pago cuesta 3 euros al año. Tu objetivo es modesto: generar 30.000 euros de ingresos al año (a los que deberás descontar los gastos para obtener los beneficios). Para conseguir esta meta, necesitas tener 10.000 usuarios de pago. Si tu tasa de conversión de free a premium es del 1 %, esto significa que habrás de conseguir ¡1 millón de usuarios! para lograr unas ganancias muy modestas.
- Mejorar la conversión. Muy en relación al punto anterior, cuanta mejor sea la conversión de free a premium mayores serán los beneficios generados. La combinación de conversión y coste debe ser tal que las ganancias generadas con el premium permitan soportar toda la estructura de negocio.
- Canibalización versus propuesta de valor. La versión free debe ser lo suficientemente atractiva por sí sola como para atraer a un gran número de usuarios, pero debe ser lo bastante limitada como para que la versión premium resulte interesante. Lograr un equilibrio entre las funcionalidades de ambas es uno de los mayores retos del modelo freemium.