Como autónomo o pyme, llegado el momento, puedes necesitar un préstamo para tu negocio. Bien sea para cubrir las necesidades del capital circulante o bien para comenzar un proceso de internacionalización, contar con una avalista es la mejor estrategia para acceder a cualquier crédito y mejorar sus condiciones. A continuación te lo contamos.
La figura del avalista
Lo primero que hay que aclarar es en qué consiste la figura del avalista por lo tanto, un avalista es la persona o entidad que actúa como fiador con el fin de garantizar o asegurar el cumplimiento de las obligaciones económicas contraídas por el avalado.
A través del aval, el avalista declara que está dispuesto y su responsabilidad a hacer frente a los compromisos adquiridos por el avalado, generalmente a través del pago de cierta cantidad de dinero.
Compromisos, obligaciones y derechos de un avalista
Como decimos, la principal obligación que tiene un avalista es hacer frente a los compromisos contraídos por el avalado ante terceros. En caso de que el avalado incurra en impagos de la deuda o no cumpla con las condiciones del contrato, el fiador o avalista tendrá que asumir este coste económico.
El avalista tiene tres derechos fundamentales:
La obligación del acreedor de dirigirse primero al deudor, la posibilidad de señalar los bienes del deudor para saldar la deuda antes de dirigirse al avalista y, por último, dividir la deuda entre los diferentes avalistas en caso de que existe más de uno.
Ventajas de tener una avalista
Si eres un autónomos o empresa, es posible que cuando necesites impulsar tu negocio precises un préstamo bancario y, por lo tanto, te pidan un aval. Contar con el apoyo de un aval es, indiscutiblemente, algo muy valioso e importante ya que, según datos de los últimos informes publicados, casi el 79% de las pymes afirma haber logrado un crédito bancario mayor y con mejores condiciones gracias a un aval. Además de esta, tiene otras ventajas:
- Permite ampliar tu capacidad de endeudamiento ya que tendrás acceso a un préstamo más levado.
- Al contar con un avalista, reduces los costes financieros del crédito ya que se reduce el nivel de riesgo de la operación. Esto te coloca en una situación de ventaja a la hora de negocias con el banco el tipo de interés.
- También, en relación a los plazos de devolución, te permite acceder a plazos más cómodos para tu negocio, de forma que el préstamos no se convierte en una carga. Además, con el apoyo de una avalista también puedes negocia y llegar a eliminar el coste por la amortización anticipada.
- Un avalista te da una imagen más profesional. Contar con un avalista te da una imagen más solvente y profesional, lo que te hará mucho más fácil el acceso al crédito o a otro tipo de proyectos de envergadura.