Los colaboradores que disfruten de un ambiente organizacional positivo estarán más comprometidos con su día a día

¿Puede una mayor conciliación laboral mejorar la rentabilidad?

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Actualizado 09 | 03 | 2016 08:24

Ayudas económicas a los padres, guarderías en el centro de trabajo, flexibilidad de horarios o la posibilidad de acogerse a la modalidad de teletrabajo son políticas de empresa que mejorarán el rendimiento de los colaboradores beneficiados por estas medidas y, por ende, la rentabilidad de la compañía.

Así lo ponen de manifiesto diversos estudios, como el desarrollado por los profesores Nick Bloom, Toby Kretschmer, and John van Reenen Stanford para la Universidad de Munich y la Escuela de Económicas de Londres, que demuestran que este tipo de prácticas de mejora del ambiente organizacional propician la retención del talento en las organizaciones y favorecen la implicación y confianza de las personas que trabajan en la compañía.

La razón es bastante sencilla. Los colaboradores que disfruten de un ambiente organizacional positivo estarán más comprometidos con su día a día en sus puestos de trabajo y, por tanto, aportarán más productividad y rentabilidad a la empresa, sin olvidar los efectos en la reducción de la tasa de absentismo, bajas por enfermedad, el cansancio o el síndrome de ‘burnout’ de los profesionales.

Inversión vs. rentabilidad

No podemos obviar el hecho de que incluir políticas de conciliación familiar en la organización requiere en ocasiones un desembolso presupuestario que nos haga dudar sobre la rentabilidad final de las medidas.

Sin embargo, el abanico de posibilidades para facilitar el equilibrio entre vida laboral y personal de los colaboradores es muy amplio y diverso en cuanto a inversión se refiere, desde seguros sanitarios, becas de estudios o vacaciones pagadas, hasta permitir una entrada y salida del trabajo flexible o simplemente respetar el descanso del colaborador fuera del horario de oficina.

Pero ni tenemos por qué optar por las más gravosas ni incluir todas las opciones.

Por tanto, no siempre las prácticas van a suponer grandes inversiones monetarias , pero los efectos que proporcionan estas medidas de conciliación a nivel de motivación y confianza de las personas que trabajan en la empresa serán muy positivos.

Cabe resaltar el importante papel que juegan los managers y directivos en la mejora del ambiente organizacional, invirtiendo tiempo en escuchar a los colaboradores. Asimismo, es necesario que las compañías implanten mecanismos para conocer la opinión de sus colaboradores para instaurar las políticas y prácticas que favorezcan la conciliación de acuerdo de las necesidades individuales de cada colaborador . En reiteradas ocasiones, las organizaciones realizan grandes inversiones en medidas que los colaboradores no valoran positivamente, sin embargo, echan en falta otras medidas de menor coste y mayor impacto en su satisfacción..

Efectividad real

No obstante, el éxito de las medidas no solo depende de su implantación, sino que la cultura organizacional de la empresa debe estar alineada con esta misma idea a través de los comportamientos de los colaboradores.

Como señala Michele W. Gazica en el informe Work Trends: Redefining the family-friendly workplace , solo un pequeño porcentaje de los colaboradores con acceso a programas de conciliación familiar hace un uso efectivo de las mismos, ya que perciben que acogerse a estos beneficios puede ser mal vistopor los directivos y causarles perjuicios.

Contar con un ambiente que promueva estos valores es fundamental si queremos que el esfuerzo que aplica la compañía para integrar las mejoras laborales sea realmente efectivo y repercuta en el aumento de la rentabilidad de la organización.

¿Cómo podemos promover una cultura organizacional positiva? Los autores Ryan y Kossek aportan unas pautas para ello:

  • Capacitar a los supervisores en la gestión del cambio para que apoyen explícitamente el uso de los programas implantados.
  • Elaborar medidas globales para todos los colaboradores, independientemente de sus cargos, puestos o lugar de trabajo y, si no es posible, habilitar alternativas para cada grupo.
  • Concretar lo máximo posible los criterios para beneficiarse de estas prácticas, de modo que reduzcamos el grado de negociación entre el supervisor y el colaborador.
  • Comunicar con claridad las medidas existentes y las políticas y requisitos que rigen su uso a todos los colaboradores independientemente de su posición en el organigrama.

Por tanto, no se trata de diseñar medidas teóricas y puntuales, sino de generar un ambiente laboral en consonancia con la cultura organizacional a todos los niveles y de cómo saber generar la confianza a todos los niveles de la organización para que se aprovechen de estas ventajas.

La gestión de expectativas y estar alineados con la cultura de empresa y poner en valor las políticas y prácticas que tenemos son factores clave para mejorar, en última instancia, la productividad.


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