La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) ha pedido «cambiar la mentalidad» hacia la idea de producir lo que se consume, en lugar de intentar vender lo que se produce, con el objetivo de reducir el excedente alimentario.
Así lo ha puesto de manifiesto este miércoles la asociación, en el marco del ‘III Premio Asedas al mejor artículo de la revista Distribución y Consumo’, con el que ha sido galardonado el profesor de la Universidad de Oviedo y miembro fundador de la Alianza contra el Hambre y la Malnutrición, Antonio Blanco.
El trabajo premiado, ‘Reducción de pérdidas y desperdicios alimentarios y bienestar social: una relación posible’, analiza las implicaciones sociales del excedente alimentario y la necesidad de abordarlo desde una triple perspectiva de sostenibilidad económica, social y ambiental.
Durante el acto de entrega, el director general de Asedas, Ignacio García Magarzo, ha recordado que, según datos de la Unión Europea, la distribución es «únicamente» responsable del 5% del desperdicio, frente al 11% de la distribución primaria, el 12% de la restauración, el 19%del procesamiento de alimentos y el 53% de los hogares.
En este sentido, Asedas defiende que «cualquier acción» para evitar el desperdicio alimentario, debe abordarse desde un enfoque que abarque «la totalidad de la cadena alimentaria», desde la producción hasta el consumidor final, con «especial foco» en los sectores que «más desperdician.
La asociación asegura que la implicación de sus empresas, «cuyo excedente no supera el 1%», es «clara» y que aborda desde campañas de concienciación ciudadana, donación de alimentos y gestión avanzada del surtido, hasta la demanda de un cambio estructural «profundo» en la producción alimentaria.
Además, destaca que las acciones de RSC que se llevan a cabo son «muy diversas» y «siempre» tienen en cuenta una relación proporcional entre sostenibilidad y desarrollo económico.
«Para que éstas sean eficientes deben ser transparentes y estar integradas en las líneas de política de buen gobierno y cumplimiento normativo, además, de ser implementadas de manera no gravosa para el modelo económico de las empresas, entendido éste como motor de creación de empleo y riqueza para la sociedad en su conjunto», subraya la organización.