Se calcula que el adulto promedio toma más de 35.000 decisiones al día. Para los empresarios este número sea probablemente mucho más alto. En un día determinado, un empresario está lidiando con todo, desde decisiones bastante simples («¿Qué me pongo para trabajar?»), hasta decisiones extremadamente estresantes e impactantes («¿Debemos relanzar este producto?»).
Si has emprendido un negocio o eres dueño de una empresa es muy posible que la cantidad de decisiones que tienes que tomar en un día puede ser tan abrumadora que, para cuando llegues a casa tras su jornada de trabajo, es posible que ya no puedas decidir qué quieres para cenar. Esto es lo que se conoce como «fatiga de decisión».
Para tomar decisiones efectivas, en primer lugar, es necesario estar sano y concentrado. Necesitas dormir lo suficiente y necesitas encontrar maneras de relajarte. Pero, aparte de las cosas obvias, hay algunas formas muy tácticas para reducir la fatiga cotidiana en la toma de decisiones.
Si te sientes agotado mentalmente, hazte estas preguntas para ver cómo manejar mejor tus responsabilidades diarias.
- ¿Soy la persona adecuada para tomar estas decisiones específicas? ¿Hay alguien más adecuado?
Parte de ser un fundador y emprendedor de éxito es saber qué decisiones no tomar.
¿Debo ser yo quien decida cuál será el ejercicio de formación de equipo de este trimestre? ¿O alguien puede hacerlo mejor? ¿Soy realmente la mejor persona para hacer la revisión de nuestro plan de producto inicial para la temporada? ¿O podemos darle esa responsabilidad a alguien más?
Esta es una pregunta que como fundador o empresario deberías hacerte más: «¿Realmente me necesitan aquí?»
- ¿Estoy haciendo mi vida más difícil con el peso de cada decisión?
A medida que avanzas y creces, es posible que las decisiones que tengas que tomar a diario sean más difíciles.
Son decisiones más importantes, tienen más impacto y afectan a más personas. A pesar de que podrías estar tomando menos decisiones ahora que hace, por ejemplo, cuatro años, el impacto de las decisiones ha aumentado. Como resultado, esto puede hacer que la relajación mental sea exponencialmente más difícil.
En cambio, es importante replantear estas decisiones como oportunidades en lugar de «decisiones». Simplemente cambiando la palabra, hay una mejor connotación mental asociada con el acto. También elimina la sensación y el miedo de estar equivocado. Una decisión se siente como si estuvieras eligiendo entre lo correcto y lo incorrecto, bueno o malo. Una oportunidad se siente como una nueva dirección.
- ¿Es este el mejor momento para tomar esta decisión?
Una de las mejores habilidades que puedes practicar es reconocer cuándo no es el momento de tomar una gran decisión.
El estado mental en el que te encuentras puede afectar la forma en que ves el mundo. Si estás teniendo un día espantoso y estresante, no serás muy efectivo mentalmente. Entonces, en lugar de tratar de forzar la decisión, tómate un tiempo. «No puedo tomar este tipo de decisión en este momento, porque no estoy en el estado mental o físico adecuado para llegar a una conclusión clara y efectiva, y esto debe esperar hasta mañana».
Obviamente, hay una delgada línea entre «tomarse un momento» y posponer las decisiones hasta que sea demasiado tarde, o convertirte en un cuello de botella para tu equipo.