Las proyecciones macroeconómicas del XXVII Informe Loyola Economic Outlook (LEO) presentadas hoy por el profesor Olexandr Nekhay, del Departamento de Economía de la Universidad Loyola, y el secretario general de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Luis Fernández-Palacios, señalan un escenario a la baja del crecimiento económico en Andalucía durante los próximos meses, que se situaría en el 3,5% en 2022 y del 1,6% en 2023. Estos pronósticos implican una corrección a la baja del 1,3 y del 2,2 para 2022 y 2023, respectivamente, con respecto a las anteriores predicciones.
Tanto en el caso nacional como regional, la revisión a la baja respecto a las previsiones del número anterior se debe, principalmente, a las tendencias inflacionarias que condicionan la recuperación macroeconómica tras la crisis sanitaria. El escenario económico esperado es de una desaceleración económica notable en los próximos meses. Los efectos económicos del conflicto en Ucrania se dejarán notar en mayor medida en los meses centrales del año 2022, a medida que la subida de los costes energéticos continúen traduciéndose en una escalada generalizada del nivel de precios de la economía, e impacten sobre la evolución de la actividad económica.
El IPC general para Andalucía en marzo de 2022 se sitúa en el 9,9%, lo que supone un máximo histórico. Esta inflación tiene un impacto mayor en sectores que dependen directamente de aquellos productos que más han incrementado su precio recientemente, como por ejemplo es el caso de los carburantes y determinadas materias primas de origen vegetal como piensos, cereales, semillas, etc. Así, Olexandr Nekhay indica: “El sector agropecuario de Andalucía está siendo ya uno de los sectores productivos más perjudicados por esta tendencia inflacionista, a la que se suma el aumento del precio de los fertilizantes y pesticidas químicos procedentes del país en conflicto”.
Un componente de incertidumbre añadido
Según los datos reflejados en el Informe LEO, el contexto económico actual condiciona los pronósticos de Andalucía para 2022 y 2023. Los problemas en las cadenas de suministros, apenas recuperadas de la pandemia, se suman a un conflicto militar en Ucrania que introduce un componente de incertidumbre añadida al panorama económico en la región. La inflación, que ya venía siendo elevada desde finales de 2021 por el desajuste oferta-demanda en los mercados de bienes y servicios, se acelera aún más por el incremento del precio de la energía derivado del conflicto en suelo europeo. Las presiones inflacionarias se hacen notar de una forma generalizada en el conjunto de los productos de la cesta de la compra.
En resumen, la incertidumbre continúa perenne en la economía y eso no facilita los pronósticos a medio y largo plazo. Existe demasiada exposición a factores exógenos al ciclo económico que pueden condicionar el devenir de los acontecimientos en los próximos meses. La duración y extensión del conflicto de Ucrania, así como la posible aparición de nuevas cepas pandémicas durante los próximos meses tendrán un efecto directo en la evolución de la inflación y del crecimiento económico en la mayor parte de los países europeos. Por otro lado, hay que advertir que el margen de maniobra de los gobiernos de la eurozona es escaso, aunque sus respuestas serán claves para la evolución de la economía andaluza.
Mercado laboral
Según el Informe LEO, elaborado en el marco del programa CEA + Autónomos, la tasa de paro en España para 2022 será del 14% y del 13,2% para 2023. En el caso de Andalucía, los datos alcanzarán el 21,4% en 2022, sin bajar del 20% en 2023.
El año 2022 destaca por una progresiva mejoría de la serie de afiliados con una dinámica expansiva tras la pandemia. Por ejemplo, los datos de marzo de 2022 son, en comparativa interanual, un 4,3% superiores a los del mismo periodo de 2019 en el caso andaluz, y un 4,15% en el español.
Por primera vez, en marzo de 2022 el número de afiliados es mayor o similar al periodo pre-COVID en todos los sectores. Sin embargo, mientras algunos sectores han evolucionado de manera muy positiva, como la educación, las actividades sanitarias o los servicios privados varios, la hostelería, sector con más afiliados, ha aumentado tan sólo un 1% en estos años.
En definitiva, la evolución del mercado laboral es positiva y se encuentra en niveles superiores los prepandémicos. Por su parte, los ERTE son ya una medida residual y han dejado de tener valor en el análisis del mercado laboral. Por otro lado, el cambio de legislación laboral ha logrado un descenso de los contratos temporales.
Por último, el empleo por sectores permite apreciar la recuperación de casi todos los sectores, en el que por primera vez puede decirse que todos los sectores están a niveles superiores a los previos al periodo pandémico.
El secretario general de CEA ha subrayado: “Atravesamos una coyuntura de crecimiento económico menor del esperado, donde los riesgos están más en el ámbito de la geopolítica, en clave externa, muy vinculados a los efectos de la guerra en Ucrania”. Por ello, según Luis Fernández-Palacios, “es necesario articular un plan nacional de respuesta, con medidas específicas que busquen aminorar los efectos perniciosos sobre las economías empresariales y familiares. Medidas que deben partir del necesario diálogo y consenso político y social, y que se dirijan con claridad a reforzar la confianza de los agentes económicos, y a proteger la actividad y el empleo”.
Consultar el XXVII Informe LEO – Proyecciones macroeconómicas Primavera 2022.