Los presidentes de CEOE, Antonio Garamendi, y de CIP, Antonio Saraiva, enviaron las recomendaciones a los jefes de gobierno de España, Pedro Sánchez, y de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, con ocasión de la 31 Cumbre Luso-Española, celebrada hoy, 10 de octubre, en la ciudad de Guarda.
Ambos reafirmaron el compromiso de la comunidad empresarial de los dos países en el proceso de recuperación económica, en el ámbito europeo y en lo referente a las excelentes relaciones que comparten estos países con la región de América Latina.
CEOE y CIP firmaron una declaración conjunta en la que destacaron la importancia de la autonomía estratégica de la Unión Europea, además de una estrategia comercial de apertura al mundo, enmarcada por reglas prudentes y por políticas internas adecuadas.
El documento establece una política industrial dinámica, basada en una estrategia destinada a mejorar las condiciones que incentiven a las empresas, de todas las dimensiones, a invertir, innovar y crecer. Ambos presidentes recomendaron que esta política debe integrar los retos de las tendencias de fondo que están moldeando nuestro futuro, incluyendo la transición energética, la economía circular y la digitalización.
Hicieron además referencia a los objetivos medioambientales trazados en el Pacto Ecológico Europeo, que requieren un esfuerzo añadido de las empresas europeas.
La declaración subraya también que la transición energética sea alcanzada en el marco de un mercado único de la energía verdaderamente integrado, mediante inversiones en las interconexiones transfronterizas de gas y electricidad, particularmente relevantes para potenciar las ventajas competitivas ibéricas en la generación de energía renovable.
En este contexto, es indispensable asegurar un marco de estabilidad, reuniendo consensos alrededor de una visión de largo plazo, sin que diferentes concepciones ideológicas impidan la búsqueda de las soluciones que mejor sirvan nuestras economías y nuestras sociedades.
Cooperación transfronteriza
Las confederaciones empresariales de Portugal y España también advirtieron de la necesidad de desarrollar áreas transfronterizas entre los dos países. Destacaron, además, la importancia de aprobar e implementar el Plan de Recuperación para Europa lo antes posible. Consideraron que el marco acordado por el Consejo Europeo abre nuevas posibilidades de intervención coordinada, constituyendo una vía única para mitigar los peligrosos efectos de fragmentación de la respuesta asimétrica que hasta ahora ha caracterizado la reacción a la pandemia del covid-19 en Europa.
A nivel nacional, CIP y CEOE hicieron hincapié en la necesidad de planes de recuperación y resiliencia que coloquen a las empresas en el centro de las estrategias nacionales, teniendo en cuenta la necesidad de preservar el tejido empresarial y la reorientación de los modelos de crecimiento y desarrollo económico y social, en línea con las opciones estratégicas europeas.
Garamendi y Saraiva subrayaron la necesidad de estimular la cooperación transfronteriza, buscando complementariedades e implicando la participación de las asociaciones empresariales en este ámbito.
Así, pusieron de relieve también la importancia de dotar a la Península Ibérica de una red de transporte de mercancías eficiente que vincule sus puertos con el centro de Europa e hicieron un llamamiento a los gobiernos ambos países para promover la necesaria coordinación de inversiones, tanto en materia de planificación como de tiempos construcción, así como con respecto a la armonización de soluciones de infraestructura técnica.
En la declaración, CIP y CEOE reconocieron la centralidad de las políticas de internacionalización para promover el aumento de las exportaciones y la inversión en mercados de terceros países, especialmente en América Latina y África, donde empresas portuguesas y españolas tienen una presencia basada en una larga tradición. Destacaron la conclusión del acuerdo con México y las negociaciones en curso para la modernización del acuerdo con Chile, pero lamentaron los obstáculos políticos que persisten en la implementación del acuerdo de la UE con Mercosur.
Ambas organizaciones continuarán trabajando intensamente para construir una agenda iberoamericana común, respondiendo a retos de las empresas, en este nuevo escenario de disrupción económica y transición digital.
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