El otro día un colega de profesión me contó que estaba buscando un comercial para trabajar de prevencionista en su equipo. ¿Un comercial para un servicio de prevención propio? A mucha gente le puede parecer una idea disparatada, pero a mí me pareció brillante. El conocimiento técnico es mucho más fácil de adquirir que las habilidades no técnicas o transversales y un comercial ya debería tener algunas desarrolladas, como la orientación al cliente (interno, en este caso, pero cliente al fin y al cabo).
Desde hace tiempo se oye hablar de estas habilidades transversales o no técnicas como las más importantes para cualquier profesional que trate con personas. Habilidades que no suelen enseñarse en los centros educativos pero que determinan de una manera indiscutible nuestro desarrollo en las organizaciones y en la vida.
Entre estas habilidades se encuentra la Comunicación. Con toda su complejidad y sus facetas. Mucha gente confunde Comunicación con la capacidad de decir un mensaje en un lenguaje más o menos correcto gramaticalmente, pero la Comunicación es un proceso mucho más complejo, en el que intervienen muchas variables y capacidades. Por supuesto que una es la capacidad de transmitir, pero hay muchas otras cuestiones, facilitadores y barreras que influyen en el proceso. La más importante, segúnmi experiencia, es la escucha. La escucha activa.
Esta capacidad de escucha, junto con la empatía, son la mejor vía para que lo que hacemos y nuestro desempeño tenga un objetivo compartido y realizable. Por eso es tan importante que los profesionales, especialmente aquellos que intentamos influir en el comportamiento y la cultura organizacional, desarrollemos y profundicemos en estos campos.
Escuchar, escuchar con el oído, pero también con la mente, con los ojos, con el corazón, con las tripas, con la piel y, por qué no, con el hígado, en el que se nos acumulan tantas experiencias y tantos residuos que hemos tenido que filtrar en nuestra vida, personal y profesional, porque somos un todo.
Si cambiamos el foco desde el decir al escuchar conseguiremos lo mismo: que se nos escuche, que se cuente con nosotros como parte activa, que podamos aportar a las organizaciones, y que estas cuenten con nosotros.
Para ayudar al desarrollo de estas competencias, desde diferentes ámbitos estamos desarrollando cursos que sirvan para que los profesionales de la Seguridad y Salud podamos servirnos de otras experiencias, y también de diferentes herramientas y apoyos que nos acompañen en este complicado camino del cambio cultural hacia organizaciones más seguras y saludables.
Tenemos mucho que aportar, y probablemente mucho que decir. Pero para ello, primero debemos escuchar y permitir que esta escucha nos empape y nos transforme. Así seremos agentes de transformación y podremos crear futuro en las organizaciones y para nosotros mismos:siendo parte activa, positiva, enriquecedora, seremos capaces de sobrevivir y de ser profesionales en un mundo organizacional en el que las personas se van convirtiendo en el eje fundamental del proceso.
Silvia Oceransky tiene más de 20 años de experiencias de cambio en cultura preventiva y organiza cursos en habilidades transversales para profesionales de seguridad y salud.
Para más información www.oceranskyculturapreventiva.com/itinerario-formativo