No siempre puedes predecir las consecuencias de tus decisiones, pero sí hacerte preguntas para obtener una mejor comprensión de lo que es correcto para ti.
Aunque se pueda saber más que cuando se es más joven, la toma de decisiones es una de esas cosas que se debe investigar y reunir tanta información como se pueda.
De todas formas, al final del día, generalmente tendrás que arreglártelas con información incompleta.
Con eso en mente, hay preguntas que puedes hacerte para obtener una mejor comprensión de los próximos pasos a seguir a la hora de tomar decisiones importantes.
Aquí hay cuatro que debes considerar:
¿Qué significativa es esa decisión en el esquema general?
No todas las decisiones son iguales. Algunas solo afectan a la situación que estás experimentando en ese momento o ese día y no vale la pena sudar por eso, según Mike Whitaker, autor de The Decision Makeover: An Intentional Approach to Living the Life You Want:
Antes de obsesionarse con hacer y percibir que sea una decisión difícil, piensa en cómo afectaría realmente a tu vida diaria.
Whitaker continua diciendo que cuando ha identificado una gran decisión (que las personas exitosas tienden a hacer una o dos veces al año), se deben seguir las siguientes estrategias:
- Mantenerse enfocado/a en cinco objetivos principales
- Identificar la máxima prioridad y darle un trato favorable al tomar decisiones
- Buscar una superposición de objetivos y decisiones, y tratar esta decisión con más cuidado
- Apreciar el impulso e identificar los beneficios de seguir avanzando en la dirección correcta
Dada la importancia de la decisión, ¿cuánto tiempo te tomarás para decidir?
Hay dos tipos de tomadores de decisiones, según la experta en productividad y autora, Laura Vanderkam, escribió en 2016:
- «maximizadores», aquellos que están comprometidos a encontrar la mejor opción absoluta,
- y «satisfechos», que tienen un conjunto de criterios y toman su decisión en base a la primera opción que lo cumple.
A primera vista, los maximizadores pueden parecer el mejor enfoque, pero lamentablemente esto puede paralizar la toma de decisiones. En el fondo de sus mentes, ellos saben que siempre hay algo mejor por ahí.
Si caes en este terreno, la coach y conferenciante Elizabeth Grace Saunders, autora de Divine Time Management, sugiere establecer un tiempo determinado para tomar tu decisión.
¿Qué le aconsejarías a alguien en tu posición?
Reconozcámoslo, todos somos mejores para tomar decisiones sobre otras personas. ¿Cuántas veces has visto a un colega o amigo hacer algo increíble y pensar: «No haría eso en su lugar»?
Stephanie Vozza, escritora independiente y especialista en marketing de contenidos, dice a este respecto que cuando tomas la decisión en nombre de otra persona, «te sientes menos cansado y dependes menos de los atajos de decisión para tomar tus decisiones». Además, es menos probable que te veas empañado por las emociones o el ego, que a menudo se arrastran en el proceso de toma de decisiones más de lo que nos gustaría.
Entonces, la próxima vez piensa: «¿Cómo aconsejaría que actúe a alguien en mi posición?» Idealmente, deberías pensar en alguien a quien no te parezcas demasiado y cuyas circunstancias puedas evaluar de una manera completamente desapasionada. Puede que descubras que la respuesta es mucho más clara de lo que crees.
¿Qué dice tu instinto?
Si bien tu instinto no debería ser el factor decisivo (la investigación muestra que a menudo contiene sesgos que anulan nuestros pensamientos racionales), no debes ignorarlo por completo. Por lo menos, tu «instinto» es una indicación de tus emociones hacia un resultado en particular. Una vez que procesaste esa emoción en particular y entiendes de dónde viene, estás en un espacio mucho mejor para tomar una decisión racional, y es menos probable que te confundas.