Estás físicamente en el trabajo pero no tu cerebro

Por qué resulta tan difícil llegar al final de la jornada y cómo solucionarlo

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Actualizado 31 | 10 | 2018 07:00

Jornada laboral

Es probable que empieces cada día laboral con grandes propósitos. Pero tu energía puede llegar a un punto (a menudo una o dos horas antes de que finalices la jornada) en el que estás físicamente en el trabajo, pero tu cerebro se ha tomado unas vacaciones.

Así, es posible que al final del día te encuentres haciendo un trabajo que no es tal, buscando en Internet o barajando documentos sin ton ni son.

¿Por qué es tan difícil el final de la jornada?

Hay dos grandes razones que tienen que ver con la forma en que se configura tu sistema motivacional. Es decir, tu sistema motivacional tiene dos subcomponentes principales.

Por un lado, el sistema se compromete con tus objetivos y te impulsa a actuar. Por otro, te impide hacer cosas que realmente no deseas hacer. Ambos sistemas funcionan peor a medida que avanza el día.

La atención sostenida a una tarea requiere energizar el sistema impulsor. A medida que avanza el día y has trabajado arduamente en una variedad de tareas, puede ser difícil generar energía internamente para enfocarte en la próxima tarea en tu lista de asuntos pendientes.

Como resultado, las cosas atractivas en tu entorno pueden jugar un papel importante en determinar en qué te enfocas.

Además de eso, el sistema de parada requiere esfuerzo. También tendrás menos energía disponible para detener esos comportamientos.

Si tienes la tentación de hacer algo que no es fundamental, será mejor que evites esa tentación más temprano que tarde.

¿Qué puedes hacer?

El hecho de que sea difícil concentrarse tarde en el día no significa que no pueda ser productivo. Solo necesitas ser productivo de una manera diferente.

Cuando miras tu lista de tareas pendientes, probablemente hay dos tipos de asuntos en ella. Algunos son los que requieren un compromiso motivacional interno para avanzar, como trabajar en un informe, investigar un contacto de ventas o leer las especificaciones de un nuevo producto.

Otras tareas pueden involucrarte desde el exterior. Tener una reunión personal con un colega o cliente, visitar una nueva instalación de trabajo o revisar tu correo electrónico es todo lo que hace que la motivación para trabajar estos asuntos provenga del exterior en lugar de tener que ser generada internamente.

Organiza tu día de manera que las tareas que requieren el mayor compromiso interno se realicen temprano, mientras que las que te proporcionan más motivación se postponen.

Por ejemplo, programa el tiempo para trabajar lo árduo temprano y organiza tus encuentros por la tarde. Y para las peores horas de trabajo de la semana (como a última hora de la tarde del viernes) programa eventos productivos que sean divertidos, como una reunión del departamento.

Configurar tu día de esta manera te permite trabajar con el flujo y reflujo de tu sistema motivacional, en lugar de crear una lucha constante contra tu nivel de energía.

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