Cuando un responsable de recursos humanos te pregunta: «¿Por qué deberíamos contratarte?», realmente pregunta: «¿Qué hace que te ajustes mejor a este puesto?» Tu respuesta a esta pregunta debe ser un «argumento de venta (de ti mismo)» conciso, que explique lo que tienes para ofrecer.
Recuerda que los empleadores contratan trabajadores para resolver un problema, ya sea aumentar las ventas o simplificar los procesos o fomentar una marca. Tu objetivo al hacer tu ofrecimiento es mostrar que eres la mejor persona para resolver esa cuestión.
Cuanto mejor lo hagas, mejores serán tus posibilidades de conseguir el trabajo.
Cómo prepararse para responder preguntas de la entrevista sobre por qué debes ser contratado/a
No te sientas abrumado/a por el proceso. Comienza comparando tus cualidades con los requisitos del trabajo, haciendo una «tormenta de ideas» sobre cómo funcionan estas cualidades en la vida real y luego revisando qué hace que destaques como candidato/a. Anota las cualidades a medida que avanzas en cada paso. Luego, trabaja para combinarlas en una respuesta concisa. Pero recuerda que es importante adaptar tu respuesta no solo para ti como candidato/a único/a, sino también para cada trabajo que estás solicitando.
Comienza haciendo coincidir tus cualidades con los requisitos del trabajo
Cuando estés preparado/a para la entrevista, tómate un momento para revisar la descripción del trabajo. Haz una lista de los requisitos para el puesto, incluidos los rasgos de personalidad, habilidades y cualidades.
Luego, haz una lista de las cualidades que tienes y que se ajustan a esos requisitos.
Selecciona de cinco a siete de tus puntos fuertes y, a ser posible, que se correspondan estrechamente con los requisitos del trabajo. Utilízalos como el centro de tu respuesta con respecto a lo que te distingue como candidato/a. Si no estás seguro/a de por dónde empezar, revisa cómo hacer coincidir tus cualidades con un trabajo.
No olvides pensar más allá de la descripción del trabajo y considerar cuáles de tus habilidades y logros te hacen un mejor candidato/a que la competencia. Por ejemplo, tal vez tengas una certificación adicional que te haga conocer mejor el producto de la compañía que el vendedor típico.
Cuando estés perfeccionando tu tono, recuerda ser positivo/a y reiterar tu interés en la empresa y el puesto.
Usa anécdotas para ilustrar tus cualidades
Darás un paso mucho más sólido al «mostrar» frente a «contar». Para cada cualidad o fortaleza que hayas identificado, piensa en un momento específico donde usaste ese rasgo para lograr algo. Cualquiera puede decir: «Tengo fuertes habilidades de comunicación», pero no todos pueden contar una historia sobre cómo usaron esas habilidades de comunicación para negociar un acuerdo o mediar en un conflicto que amenazaba el éxito de un gran proyecto. De hecho, tus cualidades pueden parecer insignificantes si no puedes respaldarlas con ejemplos de tu experiencia laboral.
Cada vez que cuentes una historia sobre cómo funcionan tus habilidades en el trabajo, asegúrate de concluir con los resultados positivos que resultaron de las acciones que tomaste.
Enfócate en tu singularidad
El entrevistador quiere saber cómo te destacas entre los demás solicitantes.
Es importante enfocarse en una o dos cualidades que posees y que son diferentes de las que otros entrevistados podrían ofrecer, o que son más difíciles de encontrar en los candidatos en general.
Por ejemplo, si tienes una experiencia especial con una determinada habilidad que el trabajo requiere, dílo. Además, piensa en cualquier otra habilidad que puedas tener que agregue valor adicional, o cualquier experiencia profesional, personal o de voluntariado previa que te brinde una perspectiva única. En última instancia, esta es tu oportunidad de decirle al entrevistador por qué serías un/a empleado/a ideal.
Mantén tu respuesta concisa (y fluida)
Procura que tu respuesta sea breve. No deberían durar más de uno o dos minutos, en cada caso.
Selecciona una o dos cualidades específicas de la lista que creaste para enfatizar en tu «discurso de venta». Si no estás seguro/a de cómo decidir qué incluir, echa un vistazo a la descripción del trabajo y utiliza tus habilidades de análisis para determinar qué cualidades agregan el mayor valor comercial.
Luego, toma tu cualificación y una breve historia que ilustre cómo la has utilizado efectivamente en una experiencia laboral previa. Ahora es el momento de elaborar tu respuesta. Comienza hablando de lo que crees que el empleador está buscando y luego explica, usando tu cualidad y tu anécdota, cómo puedes cubrir esa necesidad.
Si bien es importante practicar esta estrategia para una entrevista fluida, no te vuelvas loco/a intentando memorizarlo. Por el contrario, ten una idea general de lo que vas a decir. También debes pensar en varias versiones adicionales que se centren en otras cualidades que posees. Es fundamental que estés preparado/a para adaptarte a la información nueva. Por ejemplo, si un entrevistador indica que otra cualidad o habilidad es más valiosa para la organización, entonces debes asegurarte de incluirla en tu respuesta.
Mantenerse alerta
Una pregunta relacionada es «¿Por qué no deberíamos contratarte?» Estén preparado/a para responder a eso también. Evita caer en la trampa de alardear humildemente sobre tus mejores características: «No deberías contratarme si no quieres a alguien que supera las expectativas», por ejemplo.
En cambio, responde con honestidad y atención. Puedes mencionar una cualidad que es una bonificación en algunos trabajos pero no en otros: por ejemplo, «No debe contratarme si una persona extrovertida sería una mala opción para este equipo. Valoro el trabajo en equipo y las relaciones y hago mi mejor trabajo en un entorno colaborativo».