Ya se dice que es el juego para móviles más popular de todos los tiempos y quizá sea cierto porque se ha colocado a la altura de aplicaciones tan famosas como Tinder, Twitter o Instagram. Lo que está claro es que se trata de la obsesión del verano. Por todas partes hay cientos de personas enganchadas a Pokémon Go y parece que no ha hecho más que empezar.
En la primera oleada solo se incluyeron Estados Unidos, Australia, Alemania y Reino Unido, y aunque ahora ya esté disponible también en Italia, España y Portugal, son muchísimos los aficionados del resto del mundo que están jugando gracias a descargas no oficiales de la ‘app’.
Los que quieran convertirse en entrenadores de criaturas virtuales tienen que tener mucho cuidado con lo que se instalan. Ante el incomparable éxito de la aplicación y lo difícil que es hacerse con ella en gran parte del mundo, los cibercriminales han creado sus versiones maliciosas que pondrán algo más que pokémons en los dispositivos de sus víctimas.
Tanto fuera como dentro de las tiendas oficiales están en pleno auge las aplicaciones vinculadas con Pokémon cargadas de ‘malware’. Ya se han detectado algunas incluso en Google Play. Lo mejor para evitar caer en la trampa es emplear solo fuentes oficiales y, aún así,comprobar que la ‘app’ es la legítima, desarrollada por Niantic Labs y distribuida por Nintendo.
Un truco: si tiene unos pocos cientos o miles de descargas, no es la buena.
Teniendo esto claro y ya con la ‘app’ en nuestro dispositivo, la mayor preocupación de muchos tiene que ver con la privacidad. En los primeros días tras el lanzamiento surgió una polémica por los permisos que la versión para iOS pedía al registrarse con la cuenta de Google. Acceso total, y por lo tanto capacidad para ver cualquier información del perfil del usuario.
Aunque a algunos les resultaba sospechoso, sobre todo porque la posibilidad de crear una cuenta a través de la propia web de Nintendo estaba deshabilitada, lo cierto es que se trataba de un error de programación que ya se ha corregido. Ahora la aplicación solo accede a los detalles básicos de la cuenta de Google.
Lo que sigue preocupando, eso sí, es que por la propia mecánica del juego siempre esté activada la geolocalización, de forma que la compañía responsable de Pokémon Go sabe en todo momento dónde te encuentras. Lo que podría hacer con esos datos mano a mano con los anunciantes o terceras empresas y las consecuencias que tendría una fuga de datos en los servidores del juego son cuestiones que alarman a los más celosos de su privacidad.
Pero maś allá de todo esto, y dejando de lado la seguridad informática e incluso el plano virtual, lo cierto es que quizá el mayor peligro del juego de moda sea físico y aterradoramente real. Ya se ha visto de todo: auténticas avalanchas de gente lanzándose sobre un mismo pokémon en un parque, usuarios invadiendo propiedad privada y dueños reaccionando a tiros, jugadores que se quedan encerrados en una cueva tras entrar a capturar criaturas, ladrones que aprovechan la ‘app’ para asaltar a sus víctimas, personas que juegan mientras conducen… Los casos son innumerables.
Quizá el mejor consejo que puedes seguir a la hora de jugar a esta nueva edición de Pokémon con seguridad sea utilizar el sentido común. Levanta los ojos de la pantalla y recuerda que la realidad, por mucho videojuego que le apliques, sigue teniendo algunos riesgos.