Esta cifra representa un aumento de casi el 14% con respecto a las pérdidas por fraude notificadas en 2022

Las pérdidas por fraude digital ascendieron a más de 10.000 millones de dólares en 2023

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Actualizado 20 | 05 | 2024 10:12

Fraude digital

Los ciberataques se han convertido en una de las vías más lucrativas para los delincuentes en los últimos años debido en parte al cambio en las costumbres de compra inducidos por la pandemia. Si bien el número de ataques y los daños causados han aumentado constantemente, los tipos de ataques cibernéticos han cambiado drásticamente en los últimos cinco años.

Así, en su undécima edición, el ENISA Threat Landscape (ETL) ha identificado como denominador común entre las principales tendencias observadas en los actores de dichas amenazas y sus técnicas de ataque, el ransomware, el malware, la ingeniería social, amenazas contra la confidencialidad de datos, amenazas contra la disponibilidad de los servicios y de las comunicaciones electrónicas, manipulación de la información y ataques a la cadena de suministro.

Sin embargo, tal y como explican desde Armatum, existen amenazas como el uso no autorizado de recursos o abuso de sistemas, infracciones a la Ley de Propiedad Intelectual, el fraude interno y el fraude a clientes que no suelen verse reflejados en estas clasificaciones pero suponen ilícitos tipificados y necesitan los sistemas de información como medio para la comisión de sus respectivos delitos que, cuando se concretan en un incidente, suponen un importante impacto negativo para el negocio. Según KPMG, las pérdidas por fraude notificadas en 2023 ascendieron a más de 10.000 millones de dólares, lo que representa un aumento de casi el 14% con respecto a las pérdidas por fraude notificadas en 2022.

En España, el 38,6% confiesa haber sido víctima de algún tipo de fraude dos o más veces. Sin embargo, en un contexto donde la mayoría de los fraudes permanecen en el anonimato, y solo una pequeña fracción de aquellos que salen a la luz tienen repercusión pública, el 90% de los españoles considera que empresas y AAPP no hacen lo suficiente para protegerles del fraude digital, según pone de manifiesto el estudio ‘Faces of Fraud’, elaborado por SAS.

El robo de datos, la actividad delictiva más habitual

En un contexto donde la más habitual de las actividades delictivas es el robo de datos, seguida por el robo de contraseñas, la suplantación de identidad en la contratación de servicios, las estafas y los secuestros digitales, desde Armatum han identificado los canales más utilizados para cometer fraude digital:

    • Las redes sociales de citas, que son utilizadas como medio para contactar con la víctima, y que pueden tener diversos desenlaces en su perjuicio, entre otros la estafa, el robo de dinero o de información, la intermediación en otras operaciones delictivas, etc.
    • Las redes de mensajería instantánea como Whatsapp, que se utilizan para distribuir los enlaces fraudulentos o la información bancaria para el pago del supuesto servicio, de forma paralela a la plataforma donde se anuncian dichos servicios.
    • El correo electrónico sigue siendo un canal típico para el envío de intentos de phishing, aunque se observa una disminución otras casuísticas como las cartas nigerianas o el fraude del CEO.
    • El teléfono, mediante ataques de ingeniería social que, a través de una llamada, en la que se suplanta la identidad de una empresa, organización o persona de confianza, con el fin de obtener información personal y sensible de la víctima.

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