El número de parados que perdió su empleo tres años antes o más disminuyó en 198.600 personas en 2018, un 19,8% respecto a 2017, hasta superar ligeramente los 800.000 desempleados, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de la Encuesta de Población Activa (EPA).
De este modo, el peso de los parados de muy larga duración sobre el total de desempleados con experiencia laboral previa alcanzó en 2017 el 25,5%, porcentaje 2,8 puntos inferior al de 2017. La categoría de los parados de muy larga duración fue la que más se redujo el año pasado.
La mayor parte de los desempleados existentes en 2018, año que se cerró con una media de 3,47 millones de parados, procedían en su mayoría de situaciones previas de empleo. En total, a cierre del año pasado 3.144.000 parados habían trabajado anteriormente, es decir, que tenían experiencia laboral previa.
De esta cantidad, el 53,4% (1.677.600) dejó de trabajar en 2018 por haber finalizado su contrato, un 10,2% menos que en 2017.
Otro motivo de peso para terminar en el desempleo fue el despido o la supresión del puesto de trabajo, incluyendo las regulaciones de empleo. En total, 343.400 personas se vieron en el paro por alguna de estas razones, 21.600 menos que en 2017 (-5,9%). En conjunto, los trabajadores que fueron despedidos en 2018 equivalen 10,9% del total de desempleados con experiencia laboral previa, seis décimas más que en 2017.
Los datos difundidos este viernes por Estadística muestran además que una de cada tres personas, el 36,4%, trabajó en 2018 al menos un sábado al mes, porcentaje cinco décimas inferior al de 2017, mientras que el 22,2% trabajó al menos un domingo al mes, casi un punto más que en el año anterior.
Por el contrario, el 60,3% de los ocupados no trabajó ningún sábado de 2018 y el 76% ningún domingo, un punto menos que en 2017.
LA INTERMEDIACIÓN DEL SEPE MEJORA, AUNQUE MUY POCO
En cambio, subió, el porcentaje de trabajadores que trabajó en jornada nocturna, desde el 12,5% de 2017 al 13,2% en 2018. Un 7,1% trabajó ocasionalmente de noche y el 6,1% lo hizo en más de la mitad de sus días laborables. El porcentaje de trabajadores nocturnos varones (16,2%) supera al de mujeres (9,4%).
El 91,5% de los ocupados no trabajó ningún día en su domicilio durante el año 2018, mientras que el 3,2% lo hizo ocasionalmente y el 4,3% trabajó en casa más de la mitad de sus días laborables.
La EPA de 2018 también revela que el porcentaje de asalariados que fue contratado a través de una ETT subió cinco décimas, desde el 3,4% de 2017 al 3,9% en 2018, hasta un total de 626.500 asalariados contratados, mientras que sólo un 2,1% (344.700 personas) obtuvo su empleo mediante la intermediación de una oficina de empleo público, porcentaje una décima superior al de 2017.
CON JEFES, PERO SIN SUBORDINADOS
De la encuesta también se extrae que la mayor parte de los trabajadores españoles tienen jefe, pero ningún subordinado. En concreto, casi siete de cada diez trabajadores se encontraban en esta situación en 2018.
Del total de ocupados contabilizados el año pasado (19,3 millones en promedio), el 9,6% no tenía jefes ni subordinados (trabajador independiente), el 6,6% era encargado, el 6,9% director de una empresa pequeña, departamento o sucursal, otro 6,9% era mando intermedio, y el 0,7% ocupaba un puesto de director de empresa grande o media.
El porcentaje de empleados, es decir, de trabajadores con jefe y sin subordinados, retrocedió dos décimas respecto a 2017, situándose en el 69,1%, mientras que el porcentaje de mandos intermedios escaló una décima.
La proporción de hombres directores supera en 3,6 puntos la de las mujeres en las empresas de pequeño tamaño, mientras que el de varones ocupados sin jefes ni subordinados sobrepasa en 4,6 puntos el porcentaje de mujeres. Ellas, por el contrario, superan a los hombres en los puestos de empleados en 12,5 puntos (76,3% frente a 63,1%).