La evolución de Internet y el auge de las nuevas tecnologías ha cambiado este panorama en el sector empresarial

Open Innovation: claves para innovar como las grandes empresas

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Actualizado 10 | 07 | 2019 07:00

Open Innovation

Hace 16 años que Henry Chesbrough, profesor estadounidense, acuñó el término “innovación abierta” (“open innovation”, en inglés) para referirse al cambio que, frente a la cerrazón empresarial de décadas anteriores, debían poner en marcha las empresas y gobiernos de cara a aprovecharse de los beneficios derivados de la colaboración con agentes externos.

Y aunque ya ha pasado el tiempo, el término está más en boga que nunca. La evolución de Internet y el auge de las nuevas tecnologías ha cambiado este panorama en el sector empresarial, reforzando la importancia de este concepto y ampliando sus fronteras.

Esta idea fue ampliamente respaldada por la mesa redonda organizada por El Confidencial de la mano de Prosegur. Los participantes en “Cómo generar valor en las empresas a través de la innovación abierta” repasaron las claves de la innovación en las empresas actuales. Otros de los puntos destacados por los asistentes fueron la vital importancia de incorporar la innovación a la cultura de la compañía, invertir en nuevas empresas que aporten valor al “core buiness” y hablar con ellas desde una posición de igualdad.

Según Javier López-Huerta, director de Expansión y Tech Ventures de Prosegur, el acceso a la tecnología “cada vez más sencillo y barato” ha abierto las puertas a la innovación. Y no hablamos sólo de un área exclusiva para las empresas de grandes presupuestos, sino de que, hoy en día, cualquier emprendedor con talento puede ya montar una idea novedosa.

Esta democratización ha impulsado a compañías como Telefónica, que en 2011 puso en marcha Wayra, a invertir 1,3 millones de euros en su último ejercicio en esta marca innovadora. Bajo este sello se encuentran, por ejemplo, dos pequeñas compañías cuya labor enlaza con los objetivos de negocio de la compañía: una destinada a la protección de contenidos audiovisuales y otra encargada de monitorizar los nodos de la red para tratar de prevenir posibles incidencias.

Otro de los temas abordados durante la mesa redonda es la eterna pregunta en cuanto a este tipo de asuntos: ¿es necesaria una estrategia completa o basta con un programa puntual?. Para los expertos la respuesta está muy clara: más allá de tener un departamento dedicado a la innovación, lo que las empresas deben hacer es dejar que ese concepto y ese “saber-hacer” se instale en todas las áreas del negocio. Y ya no sólo entre los trabajadores, la innovación abierta debe extenderse, sobre todo, entre los despachos donde se toman decisiones. Es muy importante que los que ostentan el poder y  estén concienciados de las ventajas de la innovación.

Para Paris de l’Etraz, profesor y director general del Venture Lab de IE University, “la diferencia entre tener una estrategia de una empresa o un programa de innovación es que el programa no es otra cosa que marcar una casilla”. El caso de Amazon es uno de los más paradigmáticos, ya que no tiene un programa específico sino que la innovación es un factor clave de su estrategia corporativa.

Otro de los aspectos que ha cambiado desde que Chesbrough plantease su concepto es la percepción de los consumidores de la innovación abierta. Además, advierten, estos cambios aún no han terminado. La irrupción de los “millennials” en un mercado hasta ahora copado por “baby boomers”, abre un nuevo panorama: dos consumidores diferentes que se relacionan de manera diferente. Afirman que, aunque todavía no suceda, pronto tendremos relación con nuestro banco, por ejemplo. Ahora las empresas crean relaciones con sus clientes: es casi más importante la experiencia del usuario que el propio producto.

Después de tantos años de experimentación en cuanto a open innovation, los expertos coinciden en que la innovación ha madurado mucho.  Ahora, las compañías invierten, casi únicamente, en otras empresas que vayan a colaborar con ellos o que, como mínimo, estén en disposición de hacerlo. “Una inversión no es una compra pero debe haber una opción real de colaboración entre ambas firmas”, aseguraba Diego Díaz Pilas, responsable del Programa Start-Ups de Iberdrola. Como señala Manuel Silva, socio de Santander InnoVentures, “estas estrategias de innovación suelen dividirse en dos pilares: “delivery” y “discovery”, en la que cultivamos la forma de ver la vida y buscamos a largo plazo. Como inversores, nos ayuda a ver hacia dónde va el mundo”.

Se demuestra así, con las conclusiones de esta mesa redonda de expertos, algo que llevaba mucho tiempo defendiéndose desde las empresas de reciente creación: la innovación abierta no las beneficia sólo a ellas, sino a todos los participantes en sus dinámicas.

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