En pleno proceso de desescalada, algunos trabajadores vuelven a las oficinas físicas tras más de dos meses teletrabajando. Llegados a este punto es importante saber qué medidas deben tomar las empresas para salir con fuerza de la crisis.
Por un lado, están los protocolos de experiencia del empleado, tecnología, etc. pero el tratamiento de los espacios interiores tras el COVID-19 también resulta esencial para evitar un rebrote. Bio Air Society explica qué componentes nocivos están presentes en el interior de los edificios y oficinas, y el daño que pueden llegar a hacer a la salud de las personas.
A raíz de la crisis del COVID-19 el tema de salubridad en espacios interiores (restaurantes, centros comerciales, oficinas, etc.), cobra más importancia que nunca. Con el avance de las fases son muchas las personas que regresan paulatinamente a las oficinas, y en este punto hay que tener en cuenta los problemas de la calidad del ambiente interior. Éstos son complicados y están interrelacionados: grupos heterogéneos de contaminantes, conocimiento científico “en curso” para identificar nuevas moléculas y condiciones operativas no adecuadas de sistemas de ventilación, suponen serias amenazas para el deterioro de la calidad del ambiente en el interior de los edificios, tanto en oficinas y despachos como en ascensores.
Un reciente documento publicado por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid asegura que la OMS estima que la población de las ciudades pasa cerca del 90% del tiempo en lugares cerrados con ambiente viciado (síndrome del edificio enfermo), afirmando que los niveles de contaminación llegan a ser mucho mayores en estos espacios de interior que las concentraciones en exteriores. El estudio también se hace eco de diferentes investigaciones actuales que ponen en evidencia que, en espacios como las oficinas, coexisten organismos patógenos, partículas y COV´s que alteran la calidad del ambiente interior, llegando a originar efectos nocivos en la salud.
El Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) no se considera como una enfermedad del edificio en sí, sino como el conjunto de enfermedades que sufren sus ocupantes y que están ocasionadas o estimuladas por la contaminación del aire en los espacios cerrados o el mal estado del edificio.
En el interior de los edificios existen distintos tipos de contaminantes perjudiciales para la salud. Se dividen en físicos, biológicos y químicos:
CONTAMINANTES FÍSICOS
- El confort térmico: humedad y temperatura: En los ambientes interiores la capacidad de regulación de temperatura viene dada por los sistemas de calefacción, climatización y ventilación. Es importante tener en cuenta que los límites extremos pueden resultar dañinos para el ser humano.
- Campos electromagnéticos: Parte de la población tiene una percepción negativa sobre los posibles efectos nocivos de la exposición a campos electromagnéticos ambientales. Dicha percepción origina diferentes molestias como el dolor de cabeza, el insomnio, etc.
- Ruido: El efecto más conocido del ruido en la salud es la pérdida auditiva, pero también provoca otras patologías como, por ejemplo, las alteraciones del sueño y el estrés que, además, suelen vincularse a otras complicaciones de nivel digestivo y a un aumento del riesgo cardiovascular.
CONTAMINANTES BIOLÓGICOS
- Humedad y ventilación: La inadecuada ventilación de los espacios interiores está asociada con efectos nocivos para la salud, como infecciones, asma, además de reducir el rendimiento en el trabajo.
- Hongos: mohos y levaduras: En las personas, la principal vía de transmisión es por inhalación de aerosoles que contengan hongos. Otras formas posibles de contagio son por vía cutánea y por ingestión.
- Alérgenos de origen biológico: Un alérgeno es cualquier sustancia que el cuerpo percibe como amenaza. Existen reacciones alérgicas a los animales, a los ácaros del polvo, etc.
- Agentes patógenos. Virus y bacterias: El ambiente de las oficinas alberga gran diversidad de microorganismos ambientales. La mayoría no son patógenos y otros sólo representan un peligro para personas con sistemas inmunes debilitados. Por eso es importante controlar la presencia de microorganismos dentro de unos niveles tolerables para las personas, evitando así efectos nocivos sobre la salud. En la actualidad existen diferentes sistemas de purificación del aire en el mercado para eliminar los virus y bacterias del aire, como es el caso de Biokker.
CONTAMINANTES QUÍMICOS
- Monóxido de carbono: provoca la asfixia de las personas expuestas al impedir la oxigenación de la sangre.
- El dióxido de carbono en concentraciones muy elevadas conduce a la asfixia por desplazamiento del oxígeno.
- El dióxido de nitrógeno puede irritar el tracto superior y los ojos.
- El dióxido de azufre provoca la irritación de ojos, nariz y garganta, siendo el causante de enfermedades respiratorias como la bronquitis.
- Las partículas PM10 se depositan en las vías respiratorias superiores y en tráquea y bronquios.
- Las partículas PM2.5, de menor diámetro que las anteriores, pueden alcanzar los bronquiolos y alvéolos pulmonares.
- El amianto debe evitarse siempre.
- El ozono produce la irritación del tracto respiratorio y de los ojos, tos, dificultades respiratorias, etc. A medio plazo puede producir una disminución general del rendimiento físico, dolores de cabeza, cansancio, etc. A largo plazo puede llegar a causar enfermedades como la neumonía.
- Compuestos Volátiles Orgánicos COV´s, éstos dependerán de la naturaleza de cada compuesto y del grado y periodo de exposición. Algunos de sus efectos son la molestia olfativa, los vómitos, el dolor de cabeza, etc. y ya más graves: efectos cancerígenos y mutagénicos.
- El humo de tabaco es otro de los contaminantes químicos más conocidos. La OMS señala que el tabaco es la segunda causa de mortalidad en el mundo, y puede provocar cáncer de pulmón o enfermedades cardiovasculares, entre otras. En niños puede causar neumonía, bronquitis, etc.
- Los olores también se consideran contaminantes químicos, pueden causar nauseas, dolores de cabeza, vómitos y también algunas reacciones aparentemente neurotóxicas, como la pérdida de memoria y problemas con la concentración.
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