Tu taza de café. La que lleva años contigo, acompañándote cada mañana y la que espera reposadamente sobre tu mesa de trabajo. Sobre todo los lunes por la mañana, los días fríos, y durante esas jornadas que parecen no tener fin.
Mucho se ha hablado y cuestionado el uso de la cafeína y el efecto sobre nuestro organismo. Pero ahora hay otra cuestión en la mesa de debate sobre lo sano o insalubre que resulta, ya no el café, sino lavar la taza de café o no hacerlo. Sobre todo en el entorno laboral, que además de ti, son muchas las personas que utilizan el mismo estropajo para enjuagar sus tazas. Resulta que la revista Mashed ha publicado un artículo con diferentes opiniones de expertos sobre este respecto.
Una de estas opiniones es la de Jeffrey Starke, profesor de pediatría del Baylor College of Medicine y experto en todo lo relacionado a infecciones, y cree que no tendría por qué pasar nada si la dejas sin lavar. «Si estás en un entorno público o en una oficina y la colocas en tu espacio personal, habrá gérmenes en ella, pero muchos de ellos son inofensivos, por lo que no podrás enfermar».
En cambio, Charles Gerba, profesor de microbiología ambiental de la Universidad de Arizona, defiende que el 90% de las tazas de café en una oficina están contaminadas por bacterias. Y de ese porcentaje, un 20% tienen como fuente de contaminación los retretes.
Scott Kelly, profesor de biología en la Universidad de California, sostiene que el género mayoritario en el ambiente laboral también marca la diferencia ya que aquellos espacios en los que hay más hombres está más plagado de agentes infecciosos que los dominados por mujeres.
Charles Gerba facilitó algunos consejos para quienes no quieran tomar su taza de café sucia o contaminada. Uno de ellos, el más básico y lógico: “será mejor que te la lleves a casa para darle una buena limpieza. Aunque haya un fregadero disponible en tu centro de trabajo, mejor no lo uses”. El estudio descubrió que la mayor parte de los gérmenes vienen, sobre todo, de los teclados, ordenadores, botones de máquinas expendedoras, puertas de microondas y pomos de frigoríficos.
Y ojo con el estropajo, porque es otro grave problema. Según el profesor Gerba, «las bacterias más dañinas proceden de las esponjas de fregar que todos usan pensando que están limpiando su taza. En realidad, solo están esparciendo los gérmenes, y estos gérmenes pueden llegar a vivir hasta tres días. ¡Ni si quiera un fin de semana largo podrá acabar con esas cosas!«.
Hay quien dice que una buena idea para matar los gérmenes de los estropajos es meterlos en el microondas. Pues bien, un grupo de microbiólogos alemán hizo la prueba y publicó los resultados en la revista Nature. Llego a la conclusión que con este método solo conseguiríamos matar al 60% de las bacterias.
Es posible que ahora mismo estés pensando en llevar a casa la tazo todos os días para lavarla o, por el contrario, dejarla sobre tu mesa y no lavarla nunca. Esto tampoco te librará de las bacterias ya que si echas azúcar o algún aditivo al café, Jeffrey Starke afirma que la glucosa ayuda a que se formen muchos más residuos una vez se haya consumido la bebida.
Tú decides.