Aunque ha aumentado en los últimos dos años, el nivel medio de los precios en España todavía no alcanza el promedio de la Unión Europea.
Tal y como muestra este gráfico de Statista, el coste de los bienes y servicios en España se sitúa ligeramente por debajo del promedio de la UE. Así, según datos de Eurostat, este suponía en 2017 el 93% de la media de la UE.
En los dos últimos años este valor ha aumentado ligeramente (tres puntos porcentuales desde 2015, desde el 90%), recuperándose del descenso que este sufrió durante el último periodo de la recesión económica.
En cambio, a nivel de la UE, los Estados con unos productos más caros son Dinamarca (con un 141,2% del promedio de la Unión), Luxemburgo (con un 141%) y Suecia (con un 134,7%). Al otro lado se encuentran Polonia, Rumanía y Bulgaria, cuyos precios son en todos los casos menores, al 55% del valor de la UE.
IPC e IPRI
El índice de precios de consumo (IPC) compara mensualmente el precio de ciertos bienes y servicios consumidos por la población de un país o territorio. Estos productos conforman lo que se denomina la «cesta de la compra». En otras palabras, este indicador mide la evolución de los precios. Para su cálculo se escoge un año base con el cual se comparan el resto. A este año base se le otorga el valor de 100. Si el IPC está por encima de 100 en el año de estudio significa que los precios han subido (inflación), si está por debajo, entonces han bajado (deflación).
En España, el organismo encargado de elaborarlo de forma mensual es el Instituto Nacional de Estadística. Según la misma fuente detalla, «el índice se elabora con cerca de 220.000 precios de 489 artículos, de los cuales informan más de 30.000 establecimientos distribuidos en 177 municipios de todo el territorio nacional”. Estos artículos se clasifican en distintos grupos: