Pagar con tarjeta

¿Negocios o placer? Da igual, siempre con tarjeta

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Actualizado 11 | 07 | 2017 10:00

Viajar es algo que todos necesitamos para desconectar y recargar energía de cara a afrontar nuestra rutina diaria. Pero, ¿qué pasa si lo hacemos por motivos de trabajo?

En este caso se puede afrontar de dos maneras: la primera, como si fuera algo aburrido, por obligación y que no nos apetece. O por el contrario, se puede entender como una oportunidad para conocer sitios nuevos, personas diferentes y como un orgullo por confiar en nosotros para que representemos a la empresa ante un cliente o en una reunión. Tenerlo todo preparado y pensado hará que, aunque tengamos poco tiempo libre en nuestro destino, podamos disfrutarlo con tranquilidad.

O piensas muy bien las cosas o el próximo viaje puede ser una experiencia para olvidar más que para recordar.

Salir de viaje no es solo hacer la maleta, cogerla y salir por la puerta. Ojalá fuera tan fácil. Hay siempre una parte tediosa, y es su preparación. Encontrar el mejor vuelo, el alojamiento, el desplazamiento hasta el hotel o hasta donde hayamos quedado con el cliente…son tareas que a pocos nos gusta pero que tarde o temprano debemos enfrentamos a ellas. Y, o piensas muy bien las cosas o el próximo viaje puede ser una experiencia para olvidar más que para recordar.

La última encuesta sobre el Turismo de Residentes que realiza periódicamente el Instituto Nacional de Estadística revela que durante 2016 los viajes de los españoles se han disparado hasta llegar a la cifra de 182 millones, lo que supone un 3,7% más con respecto a 2015. ¿Y por qué es importante el dato? Porque lo que más crecieron fueron los viajes al extranjero (7,7%) y porque las empresas españolas aumentaron un 2,7% su inversión en los viajes de negocios.

Si tomarse las cosas con tiempo y sin agobios es fundamental cuando realizamos un viaje por placer, lo es más si es al extranjero porque de su acertada preparación depende el éxito o fracaso de la misión para nuestra empresa.

Antes de partir, es necesario tener todo bien atado en tierra firme y resueltas  algunas cuestiones importantes como por ejemplo, ¿he reservado billete? ¿Y alojamiento? ¿Tengo que cambiar de moneda? si es así, ¿dónde puedo hacerlo? ¿Podré sacar dinero del cajero? O por el contrario ¿podré pagar con tarjeta? Si las tenemos en cuenta,obtendremos un gran resultado.

Pagar nuestras reservas con tarjeta nos proporcionará un extra de comodidad, y por qué no decirlo, de seguridad. La mayoría de las tarjetas cuentan con programas de financiación, además de múltiples prestaciones asociadas como seguros médicos, de robo, de pérdida de equipaje o por el uso fraudulento de nuestra tarjeta.

Los seguros más comunes asociados a las tarjetas son de robo o pérdida -que cubrirá un mal uso de la tarjeta en las últimas 72 horas siempre que se notifique a la entidad-; protección de compra-como garantía de productos comprados online-; seguro de vida, de viaje-que cubren principalmente pérdida o retraso en la llegada del equipaje, la cancelación de un vuelo, etc.-. Estos seguros, normalmente van asociados a tarjetas de crédito, por lo que antes de emprender un viaje es bueno pasarse por alguna oficina de nuestro banco y pedir información para que nada nos pille por sorpresa.

Aparte de los seguros, hay otros aspectos a valorar de nuestra tarjeta:

  • Si nuestro viaje tiene como destino un lugar fuera de la zona euro, es recomendable comprobar las comisiones que puedan existir.
  • Enterarnos bien de lo que pueden cobrarnos por sacar dinero en un cajero; si no, siempre podremos pagar con tarjeta.
  • Asegurarnos de que el límite de gasto asignado en la tarjeta es suficiente. En caso contrario, se podrá ampliar durante el tiempo que dure el viaje.
  • Por último, es conveniente apuntar el número de la entidad o de la tarjeta para llamar desde el extranjero por si hubiera que anularla en caso de robo o pérdida.

“De la manera que yo lo veo, la recompensa y el lujo más grande de viajar es, cada día, poder experimentar cosas como si fuera la primera vez, estar en una posición en la que casi nada nos es tan familiar como para darlo por sentado”. Bill Bryson.

 

 


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