Puede sonar obvio, pero lo cierto es que cada vez que evalúas algo, lo estás comparando con otra cosa. A veces, esa comparación es evidente: un producto que se vende con un 25% de descuento se tiene como un buen negocio porque estás pagando menos de lo que hubieras pagado por el precio normal. Y a veces, un producto puede parecer un buen negocio porque conoces otros productos iguales que son más caros.
Pasa lo mismo cuando se evalúa el desempeño laboral de alguien. Probablemente, hay un conjunto de criterios que la empresa establece para un trabajo en particular, pero su percepción de lo bien que alguien está haciendo algo también se basa en algún tipo de comparación del trabajo de esa persona con otras personas que hacen el mismo trabajo, o con el que esa misma persona realizó anteriormente.
Si estás en la posición de tener que evaluar a otras personas, es importante que pienses qué tipo de comparación vas a hacer y cómo comunicar tu evaluación a la persona en cuestión.
Evaluar a alguien
Cuando evalúas a alguien, es útil compararlo con su yo pasado y/o con otras personas. Esas evaluaciones juegan diferentes roles.
Si tienes que evaluar el desempeño de otra persona, probablemente también tengas la responsabilidad de ayudarle a desarrollar su carrera. Comparar el desempeño de una persona con lo que ha hecho en el pasado te da una idea de su trayectoria. ¿Está mejorando en lo que hace? Esta información de trayectoria es útil para comprender cómo se está desarrollando esa persona, para que puedas determinar si está preparada para una promoción o si necesita más preparación.
Sin embargo, incluso si alguien está mejorando año tras año, aún podría haber alguien que tuviera otras habilidades o estuviera más motivado. La mejor manera de ver esto es comparar personas con roles similares.
Una ventaja de hacer estas comparaciones entre las personas es que hay aspectos del contexto que pueden influir en algunas medidas del desempeño de las personas. Supón que alguien de ventas tiene una caída en sus ventas de un año a otro. Eso podría ser una indicación de un problema en su nivel de esfuerzo o habilidad, pero también podría reflejar una desaceleración en la economía o que un nuevo producto lanzado por la competencia le ha robado clientes.
Si las ventas se reducen en toda la fuerza de ventas, entonces es posible que descubras que esta persona se está desempeñando mejor que la mayoría de las otras personas, a pesar de que experimentaron una disminución general.
Retroalimentando
No se trata solo de comparar, por supuesto. Posiblemente, tendrás que dar retroalimentación a las personas sobre su desempeño. Cuando te sientas con una persona, casi siempre es mejor hacer comentarios basados en una comparación con su trabajo anterior.
Las personas se sienten bien cuando se les reconoce una mejora, por lo que demostrar que alguien ha mejorado en comparación con la última vez que le diste retroalimentación recompensa su esfuerzo. Además, las personas sienten que comparar su desempeño con su desempeño pasado es justo. Si comparas explícitamente el desempeño de alguien con el de los demás, a menudo descartan esa retroalimentación, porque pueden sentir que hay circunstancias particulares de su propia vida que no estás teniendo en cuenta. Como resultado, la retroalimentación que compara a una persona con otras puede ser desmotivadora.
El lugar principal donde se aprecia la retroalimentación comparativa es cuando ayuda a establecer el contexto para la evaluación. Por ejemplo, en aquellos casos en que las ventas disminuyen en todos los ámbitos es útil que las personas sepan que has observado una tendencia general y que estás evaluando el rendimiento en relación con esa tendencia.
Otra razón por la cual es útil concentrarse en comparar a las personas con su labor en el pasado es que minimiza el sentido de competencia dentro del lugar de trabajo. Si bien un poco de espíritu competitivo a veces puede ser útil, si un trabajador sienten que su éxito laboral depende en gran medida de un mejor desempeño de sus compañeros, entonces es posible que este trabajador entorpezca el trabajo de los otros para obtener una ventaja competitiva. Esos comportamientos pueden aumentar el rendimiento del individuo, pero no ayudarán a la empresa a alcanzar sus objetivos a largo plazo.