El mercado de trabajo español presenta un elevado número de vacantes sin cubrir; en torno a 109.000 puestos de trabajo, la gran mayoría en pymes, no pueden cubrirse actualmente por falta de personal cualificado, según datos del INE.
El 70% de las vacantes que hay en España están en empresas de menos de 200 trabajadores, siendo un problema que sufren todos los sectores y que resulta especialmente chocante en un país con más de tres millones de parados.
Esta problemática se puso de relieve en la jornada sobre la escasez de mano de obra en las pequeñas y medianas empresas, celebrada recientemente por CEPYME y Randstad, con el objetivo de llamar la atención sobre los graves efectos de este déficit de trabajadores, cada vez más acuciante en algunos sectores y zonas del país, que resulta especialmente preocupante para las pymes.
En el transcurso de la jornada se puso de relieve que España sigue teniendo grandes problemas estructurales en el mercado laboral, como refleja la paradoja de que, por un lado, sigue habiendo más de 3 millones de desempleados y, al mismo tiempo, muchas empresas están sufriendo la falta de trabajadores para poder continuar con su actividad.
La inauguración de la jornada contó con la intervención de los presidentes de CEPYME, Gerardo Cuerva y de Randstad, Jesús Echevarría.
El presidente de CEPYME señaló que “casi el 70% de las vacantes de empleo que hay en estos momentos en España están en empresas de menos de 200 trabajadores y afecta a todos los sectores, desde la agricultura a la industria, pasando por la construcción y los servicios”. En este sentido, Cuerva destacó que la falta de mano de obra afecta especialmente a las pymes, al no disponer de recursos para atraer a los trabajadores que estas empresas necesitan. Se trata de un problema que ralentiza la recuperación y supone un gran desafío para el futuro de nuestra economía, poniendo en riesgo a ”buena parte del tejido productivo, sobre todo en zonas despobladas”.
Por ello, CEPYME reclama al Gobierno que sea consciente de este desafío y señala medidas como la adecuación de la formación de los trabajadores a la necesidad del mercado laboral; mejorar la eficiencia de las políticas activas y pasivas de empleo; trabajar con determinación para frenar el problema de la despoblación, o hacer atractivo el relevo a las empresas en zonas despobladas. CEPYME también ve urgente fomentar la movilidad geográfica y aminorar la burocracia existente para formar y contratar trabajadores, especialmente en aquellos sectores en los que hay un mayor déficit de trabajadores.
Por su parte, el presidente de Randstad, Jesús Echevarría, destacó que «el déficit de talento es una cuestión crítica en nuestro país y será un problema mayor. En este déficit de talento convergen tres problemas: el demográfico, la baja tasa de ocupación y la falta de formación, sobre todo entre los desempleados». «Las empresas se tienen que convertir en empresas atractivas para los empleados: con una mayor conciliación y flexibilidad, apostando por la responsabilidad social corporativa y fomentando la cualificación y recualificación de sus trabajadores”.
El director de Randstad Research, Valentín Bote, presentó un diagnóstico de la situación, destacando que España tiene un problema de déficit de talento, “un 56% de empresas está teniendo problemas de búsqueda de perfiles, tanto de alta cualificación como de baja cualificación». «Vivimos una revolución industrial que cambia el entorno laboral de manera radical, aunque hay una diferencia fundamental, ahora el cambio es más rápido. La digitalización, la revolución 4.0 es el cambio».
Causas y consecuencias de la escasez de mano de obra
Entre las causas del déficit de trabajadores, se encuentra la falta de competencias formativas que se necesitan en el mercado de trabajo; la escasa movilidad geográfica; el envejecimiento de la generación del baby boom; la burocracia que hay que afrontar para buscar trabajadores, o las deficiencias en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura.
Entre las consecuencias de la falta de mano de obra destacan el agravamiento de la despoblación, el cierre de pymes y el recorte en la productividad de las empresas, ya que la falta de personal impide a las compañías desarrollarse e innovar. Asimismo, el déficit de trabajadores se convierte un freno de la actividad y de la inversión. También se puede traducir en un grave impedimento para la recepción de los fondos europeos, que son esenciales para relanzar la actividad económica tras la pandemia de Covid-19.
Estos factores se analizaron en las mesas de debate desarrolladas en el transcurso de la jornada, en las que los representantes de los distintos sectores expusieron su situación, las consecuencias de la digitalización y las posibles soluciones.
Así, el presidente de CNC, Pedro Fernández Alén, mencionó el encarecimiento insoportable de la energía y los materiales como uno de los problemas del sector. “Pero cuando se normalicen los precios sufriremos otro problema, pues la gran mayoría de las constructoras en España tendrá dificultades para encontrar trabajadores. Por ello, pedimos al Gobierno la puesta en marcha de un Plan de Choque para incorporar a 700.000 nuevos profesionales en los próximos años y garantizar la ejecución de los fondos europeos, ya que siete de cada diez euros de las ayudas comunitarias serán canalizados por la construcción”.
Por su parte, Francisco Aranda, presidente de UNO Logística, se refirió a la importancia de la formación en el sector, decisiva tanto en la cualificación como en la recualificación, ya que el capital humano es clave para la competitividad. “El sector no necesita solo mano de obra, sino cerebro de obra. Valor añadido en cada fase de la actividad”. Por ello, es esencial apostar por la digitalización y el uso del Big Data.
José Miguel Guerrero, presidente de Confemetal, se refirió la falta de trabajadores cualificados, con perfiles muy diversos en el sector, en las distintas ramas de industria, servicios y comercio y destacó la importancia de la formación profesional. “Hay que hacerla atractiva, dejar de demonizar la FP y plantarla desde etapas muy tempranas, para formar el talento y despertar la vocación”. En este sentido, Guerrero reclamó un mayor esfuerzo por parte de las administraciones públicas y el impulso de la digitalización como herramienta para mejorar la productividad.
El director general de ASAJA, Juan José Álvarez destacó el momento “muy complicado” que vive el sector agroalimentario. “La falta de empleo en el campo es un mal que se arrastra desde hace muchos años. Desde los años 90 falta de mano de obra y hemos tenido que recurrir a la contratación en otros países a través de distintos convenios”. Durante la pandemia este problema fue muy acusado. Esta situación se ve agravada por la regulación en materia laboral que no tiene en cuenta la realidad y necesidades del sector y las características de temporalidad y estacionalidad que le son propias. Además, Álvarez ha constatado un envejecimiento de los trabajadores del campo, que no está encontrando reemplazo.
El presidente de AMETIC, Pedro Mier, destacó los problemas del sector por la falta de perfiles técnicos y la necesidad de “prestigiar la Formación Profesional”. En su opinión, se necesitan “formadores, profesionales de la formación, que a su vez tengan capacidad para formar y prestigio”. En este sentido, AMETIC propone “un plan nacional de formación en habilidades digitales, actuar con gran rapidez y poner la formación como la primera prioridad”.
El secretario general de CEOE Astilla y León, David Esteban, se refirió a los problemas de despoblación y de formación en la Comunidad. “Tenemos 40.000 estudiantes de FP y 70.000 universitarios. Esa situación se va a agravar con el paso del tiempo. En Castilla y León tenemos 15.000 alumnos que no van a encontrar trabajo porque han hecho carreras sin salidas y 15.000 vacantes”. En su opinión “se tiene es que dotar a la FP de una financiación adecuada y hacer una apuesta firme esta formación”.
Por último, Marc Armesto, coach business manager de Randstad Technologies indicó que el sector TIC emplea en España unas 600.000 personas y hay una enorme brecha entre oferta y demanda. «Todos sabemos que la tecnología empuja la productividad, nos vamos de frente contra la realidad y tenemos un paro mínimo de los profesionales en el sector tecnológico, con una demanda creciente de profesionales cualificados. Tenemos que ser capaces de formar para ser más productivos».