Para bien o para mal, los jefes son modelos a seguir en el trabajo, marcan el ritmo y establecen la cultura. Cuando también son adictos al trabajo, puede dificultar las cosas a los empleados. ¿Se supone que debes imitar su estilo? Si no, ¿te arriesgarás a parecer un vago?
Trabajar para un jefe adicto al trabajo puede ser complicado. El personal se pregunta: «¿Se supone que debemos igualar sus horas? ¿Se supone que debemos estar en la oficina antes de que entre y después de que se vaya? »
La primera lección es que cuando tienes un jefe que tiene un gran rendimiento es hacer tu trabajo y hacerlo bien. Más allá de eso, la adopción de líneas de comunicación asegurará el resto.
Sé honesto/a
No tengas miedo de tener una conversación abierta y honesta con tu jefe.
Puedes descubrir que tu jefe no tiene ninguna expectativa de que alguien en la empresa deba trabajar tan duro como él o ella. Pueden ser solteros, sin hijos, sin mascotas, sin plantas y sin actividades externas. Pueden simplemente disfrutar de su trabajo (24/7/365), y no esperar que nadie más mantenga ese ritmo.
También puedes descubrir que las largas horas que dedican se deben a un proyecto a corto plazo y estarán menos tiempo cuando las cosas se calmen.
No sabrás todo esto a menos que te comuniques. En el mundo actual, tu jefe debería ser el tipo de persona que puede manejar una comunicación abierta y honesta.
Establecer límites
Mientras estés haciendo un buen trabajo y cumpliendo con las expectativas, debes establecer límites para ti mismo/a. Entonces, con firmeza pero con respeto, aplícalos.
Por ejemplo, no respondas a un correo electrónico recibido en medio de la noche o los fines de semana. Si respondes, explica que responderás completamente cuando regreses a la oficina.
Si solo puedes trabajar una cantidad determinada de horas durante la semana o tienes que dejar la oficina a cierta hora, aborda el problema por adelantado.
La clave es abordar esto antes de que se convierta en un problema.
Dar actualizaciones
Si bien no necesitas tratar de mantener el mismo horario, puedes hacer evidente tu impacto a través de una comunicación constante.
Tómate el tiempo para conocer las preferencias de tus jefes para que puedas resaltar tus logros en un formato que funcione para ellos. Ya sea una reunión de actualización semanal o un informe de resumen escrito, concéntrate en lo que lograste y el impacto de tu trabajo, no en las horas que empleaste para hacerlo.
Y bríndale a tu jefe mucha información sobre tu progreso y tu cronograma. Mostrando confianza y compromiso cumpliendo con los plazos.
Por ejemplo, puedes decir: «Entiendo que la fecha límite es el viernes a la 1 p.m., y me comprometo a cumplirlo. Saldré hoy a las 5 p.m. para asistir al partido de fútbol de mi hijo y tendré tiempo para mañana terminar el proyecto antes de nuestra fecha límite».
Esto supone una transición de cualquier conversación sobre a qué hora llegaste o saliste de la oficina señalando los resultados y un trabajo bien hecho.
Hazle saber que aprecias el ritmo que mantiene, pero tu mejor productividad se logra cuando tu esfuerzo en el trabajo es más equilibrado para tu vida.