A la hora de entender cómo funciona el mundo empresarial, es fundamental conocer al dedillo la ley de la oferta y la demanda y sus particularidades para diferentes tipos de productos, como pueden ser los bienes sustitutivos y complementarios. Por eso, hoy vamos a darle un repaso a qué son estos tipos de bienes y cómo influyen en las estrategias de empresa.
Para empezar: la ley de la oferta y demanda
La ley de oferta y demanda es un modelo económico fundamental para entender el mercado actual. Relaciona el precio del producto con la oferta (cantidad disponible) y demanda (disposición de los consumidores a adquirirlo) y se basa en cinco postulados principales:
- Cuando la demanda es mayor que la oferta, el precio del producto aumenta.
- Cuando la oferta es mayor que la demanda, el precio disminuye.
- Cuando el precio aumenta, la demanda disminuye y aumenta la oferta.
- Cuando el precio disminuye, aumenta la demanda y disminuye la oferta.
- El precio tiende al nivel en el que la oferta y la demanda están equilibradas.
A partir de este modelo básico, el precio de ciertos tipos de bienes puede aumentar la demanda de otros productos, como es el caso de los bienes sustitutivos y complementarios. En general, existen productos cuya demanda es inelástica (no hay muchas opciones alternativas, por lo que su precio no afecta en exceso a la demanda), como es el caso del pan, y productos de demanda elástica (en los que hay muchas opciones disponibles) como los lápices de colores y los rotuladores.
Los bienes sustitutivos y los bienes complementarios
Los bienes sustitutivos son aquellos que responden a la misma necesidad: dentro de la gama de bienes sustitutivos, el precio es un factor muy importante en la demanda. El aumento de precio de un bien hará que aumente la demanda de sus sustitutivos, y viceversa. Siguiendo con el ejemplo del apartado anterior, un incremento del precio de los rotuladores hará que se incremente la demanda de los lápices de colores.
Los bienes complementarios son aquellos que tienden a usarse en conjunto: el ejemplo clásico son los coches y la gasolina. A la hora de tomar una decisión de compra, el consumidor no debe tener en cuenta solamente el precio del bien principal, sino también el de sus complementarios. Si aumenta el precio de uno de los bienes, disminuirá la demanda de ambos y viceversa.
Bienes sustitutivos y complementarios en la estrategia de empresa
La conclusión para las empresas es que limitarse a vigilar los precios de su competencia directa no es suficiente. Por un lado, los bienes sustitutivos son una especie de “competencia extendida” cuyo precio se ha de vigilar teniendo en cuenta que los consumidores pueden cambiarse de uno a otro producto con facilidad. Por el otro, también es necesario estudiar y monitorizar los bienes complementarios para poder reaccionar a los cambios en las condiciones del mercado.
En ambos casos, la estrategia de empresa debe ser flexible y permitir ajustar el precio en tiempo real para responder a los cambios. De ello dependerá el éxito o fracaso de la compañía.