Para tener éxito en el mundo laboral, no solo necesitas contar con una buena formación académica: las aptitudes personales son tanto o más importantes.
Ya hemos hablado de la importancia de la inteligencia emocional en el trabajo pero, ¿cómo se concreta este concepto? Para que puedas llevarlo a la práctica, hoy te explicamos las habilidades de la inteligencia emocional.
Según Daniel Goleman, el autor del bestseller que popularizó este concepto en los 90, las habilidades de la inteligencia emocional pueden dividirse fundamentalmente en dos tipos: inteligencia intrapersonal (internas o de autoconocimiento) e inteligencia extrapersonal (externas o de relación).
Las habilidades de la inteligencia emocional internas
- Autoconciencia: como ya decían los antiguos griegos, “conócete a ti mismo”. La primera habilidad de la inteligencia emocional es la capacidad para reconocer nuestras propias emociones. Aunque esto puede parecer evidente, en la práctica no es tan sencillo: por ejemplo, muchas veces ocurre que pensamos que estamos enfadados cuando en realidad sentimos miedo, o simplemente estamos confusos. Con la práctica, es posible aprender a identificar correctamente las emociones en el momento en el que surgen.
- Control emocional: no es posible dejar de sentir emociones, pero lo que sí podemos controlar es nuestra reacción frente a ellas. El control emocional busca manejar los propios estados de ánimo, impulsos y recursos. En lugar de estar “ciegos de rabia” o “locamente enamorados”, lo que buscamos es no perder el control a causa de las emociones. En particular, la capacidad de expresar adecuadamente sentimientos como la furia, la ira o la irritabilidad es fundamental en las relaciones personales.
- Motivación: la motivación consiste en manejar nuestras emociones para orientarlas al cumplimiento de nuestras metas personales y profesionales. Resulta fácil ver cómo esta habilidad puede ser útil en el entorno laboral. Dentro de la motivación podemos distinguir cuatro tendencias emocionales: el impulso de logro (esfuerzo por mejorar o alcanzar la excelencia), el compromiso con las metas, la iniciativa (capacidad de reaccionar ante las oportunidades) y el optimismo (persistencia a pesar de los obstáculos).
Las habilidades de la inteligencia emocional externas
- Empatía: esta habilidad consiste en entender qué están sintiendo otras personas, ver las cuestiones y las situaciones desde su perspectiva; en otras palabras, “ponernos en su lugar”. Solo así podremos dar respuestas adecuadas a las emociones de los demás. Las personas empáticas son capaces de adivinar con más facilidad lo que otras personas necesitan o desean a partir de señales sutiles. Esto les pone en disposición de ayudar y cooperar con mayor facilidad.
- Las habilidades sociales: por último, las aptitudes sociales son una de las habilidades de la inteligencia emocional más importantes, ya que permiten convencer, dirigir, mediar entre disputas y en general trabajar mejor en equipo. Estas habilidades están en la base del liderazgo, la popularidad y la eficiencia interpersonal, así que son fundamentales para desempeñar con éxito un puesto de responsabilidad. Las personas que dominan estas habilidades tienen más facilidad para navegar las relaciones creando armonía y cooperación en lugar de conflicto. Para ello, es muy importante desarrollar una comunicación asertiva.