Las presiones inflacionistas a las que se ha visto sometida la actividad de la industria de alimentación y bebidas en los últimos ejercicios y su efecto en el consumo han intensificado la desaceleración del sector en 2023. Los alimentos y bebidas se siguen consolidando como un sector fuerte y estratégico para la economía española, pero acusan el impacto de una situación macroeconómica global inestable.
Así se desprende del Informe Económico elaborado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), y que recoge las principales magnitudes del sector durante 2023.
Durante su presentación esta mañana, el secretario general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria, Fernando Miranda, ha destacado la contribución de la industria alimentaria al desarrollo del territorio y su vocación exportadora, con cifras récord en el proceso de internacionalización. Miranda ha esbozado las principales líneas de trabajo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en favor de la industria de la alimentación y las bebidas, como son la Estrategia Nacional de Alimentación, la Estrategia de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario y la Estrategia Alimentos de España. Así mismo, se ha referido a la posibilidad del sector de crecer y ganar dimensión en el marco del PERTE Agroalimentario.
Miranda ha destacado del Informe Económico de la Industria Alimentaria, elaborado por FIAB con el apoyo del MAPA, que ofrece una imagen precisa de la relevancia de la industria de la alimentación y las bebidas, tanto en términos económicos, como sociales.
Por su parte, el director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo ha señalado el impacto sobre el sector de la prolongación de los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo, por su relación con las cadenas de suministro y la evolución de los costes, además de las consecuencias sobre el tráfico marítimo. Estos hechos, junto con la elevación de los tipos de interés, han perjudicado el consumo y la capacidad inversora de las empresas, aplazando sus estrategias enfocadas al crecimiento del sector.
García de Quevedo ha subrayado “la importancia de reforzar la autonomía estratégica del sector en España para evitar el efecto dominó de un contexto inestable”. Además, ha valorado positivamente “el esfuerzo llevado a cabo por las empresas del sector, en un 96% PYMES, por afrontar este escenario manteniendo el valor, la variedad, la calidad y la seguridad de sus productos”.
La producción retrocede por primera vez en diez años
La producción real del sector alcanzó en 2023 un valor de 162.459 millones de euros y marca un descenso del -2,6% con respecto a 2022. Como resultado, la producción real disminuye por primera vez desde que lo hiciera en 2013, a excepción del año 2020 a causa del COVID-19.
Este retroceso es el resultado de la influencia inflacionaria en los costes de la industria, combinado con una debilidad en las exportaciones y la demanda interna, que se ha agudizado por los episodios de sequía prolongada en España. Esto llevó a que el valor real de la actividad fuera incluso inferior al de 2021, año en el que se iba perfilando un continuo proceso de ralentización del índice de producción industrial y que se ha visto confirmado durante 2023.
“Veníamos de dos ejercicios previos con un crecimiento muy excepcional y alejado de la tónica de años anteriores marcados por, primero, la recuperación tras la pandemia y, segundo, el extraordinario avance de los precios industriales. En paralelo, la difícil situación global ha dibujado un escenario muy tenso para el desarrollo del sector, confirmando en 2023 los indicios de desaceleración que ya se venían perfilando en años anteriores”, ha destacado el director general de FIAB.
En consecuencia, el Valor Añadido Bruto ha experimentado un crecimiento más limitado, alcanzando los 31.038 millones de euros. Esto se traduce en un aumento del 8%, si bien, una vez descontado el efecto de la subida de los precios y los costes, el crecimiento real se cifra en el 1,4%. Aun así, la industria de alimentación y bebidas se mantiene como un sector actor industrial sólido por su contribución económica al país y su peso representa el 2,3% del total de la economía española y el 18,5% de la industria manufacturera.
Los índices de consumo son un reflejo de cómo la situación inflacionaria ha penalizado a las familias españolas. El gasto acumulado del consumo dentro del hogar en el periodo enero-noviembre (últimos datos disponibles) se ha mantenido estable en 66.371 millones de euros, sin embargo, el gasto per cápita en torno a los 1.410 euros sí refleja una ligera caída del -1,26% con relación al mismo periodo previo.
El tejido empresarial continúa su proceso de concentración
La dimensión empresarial de la industria de alimentación y bebidas se ve impactada por las consecuencias de la inflación, en línea con el conjunto de la economía. El número de empresas activas en 2023 se cifra en 28.335 y anota una disminución del -6,5% concentrado sobre todo en los tramos de menos trabajadores o sin empleados.
Estos datos demuestran también la vulnerabilidad de las empresas más pequeñas a la hora de afrontar un marco de altos costes productivos muy desfavorable. Aun así, la industria de alimentación y bebidas se ha visto menos afectada que el conjunto de las manufactureras y ha mantenido una contribución significativa al tejido industrial.
Precisamente, esta menor capacidad de reacción de las pequeñas industrias frente a contextos muy tensionados ha dado lugar un proceso de concentración empresarial que sigue en 2023 su tendencia. De esta manera, las empresas de tamaño mayor y medio tamaño ganan representatividad respecto al total y avanzan un 2,3% absorbiendo parte del impacto de la inflación sobre el tejido empresarial en alimentos y bebidas.
El sector consolida su capacidad empleadora
La creación de empleo en el sector mantiene su comportamiento positivo, evidenciando al sector como un enclave de sostenibilidad social. Los afiliados a la Seguridad Social suman 463.900 personas y anota un crecimiento del 2%. Aunque su ritmo de crecimiento es ligeramente inferior al registrado en 2022, del 3,2%, la industria de alimentación y bebidas crece por encima de las manufacturas, que lo hacen a un ritmo del 1,5%.
De hecho, el empleo del sector mantiene su peso sobre el conjunto manufacturero y del total de la industria, ocupando el 21,7% y el 19,7%, respectivamente, lo que se traduce en que uno de cada cinco trabajadores del ámbito industrial desarrolla su labor dentro del sector de los alimentos y bebidas.
La directora de Finanzas, Estudios Económicos y Talento de FIAB, Karina Pereira, ha puesto en valor cómo el número de afiliados marca las mayores cifras de empleo de su histórico. “Desde 2015, y exceptuando la situación particular de la pandemia, los crecimientos interanuales de afiliados en el sector no han sido inferiores al 2%, lo cual le otorga un mayor protagonismo como agente con capacidad de crear empleo de manera sostenible en el tiempo”, ha resaltado.
En clave de estabilidad laboral, destaca que el 81,1% de los empleados por la industria de alimentación y bebidas cuentan con un contrato indefinido. Además, el empleo femenino representa el 38,2% del total del empleo, una tasa mayor a la encontrada en el conjunto de las manufacturas.
La inestabilidad de los mercados condiciona el comportamiento de las exportaciones
En clave internacional, las exportaciones de la industria española de alimentación y bebidas alcanzaron en 2023 un valor de 47.620 millones de euros. España se mantiene como uno de los principales exportadores de la industria de alimentación y bebidas a nivel mundial y en quinta posición entre los principales exportadores de la Unión Europea, solo por detrás de Países Bajos, Alemania, Francia e Italia, según datos de FoodDrinkEurope.
Sin embargo, el impacto de las tensiones geopolíticas y la consecuente inestabilidad de los mercados anota en el sector un cambio en su ritmo de crecimiento del valor de las ventas al exterior, que pasa del 6% en 2022 al 3,4% en 2023. Un cambio de tendencia que también se refleja en una disminución del 6,6% en el volumen de las exportaciones. Aun así, el sector arroja una balanza comercial positiva por valor de 13.697 millones de euros y que ya acumula dieciséis años de superávit.
FIAB señala, entre otros factores, un marco exterior muy voluble desde 2018 que ha afectado a los países de destino, marcado por la desaceleración de algunas economías, el auge de las políticas proteccionistas, los efectos del Brexit, el impacto ocasionado por la pandemia del COVID-19 y las consecuencias de los conflictos internacionales actuales, dejando una situación inflacionaria por la elevación de los costes productivos, la energía y el transporte, principalmente.
En cuanto al ranking de los principales países de destino de las exportaciones de la industria de alimentación y bebidas española en 2023, la Unión Europea continuó siendo el principal socio comercial para las exportaciones del sector, con un peso del 58% del total. En los cuatro primeros puestos se destacan Francia (7.208 M€), Portugal (5.573 M€), Italia (5.507 M€) y Alemania (2.985 M€), acumulando crecimientos con respecto al año anterior que, en el caso de Alemania llegaron hasta el 16%.
En quinto lugar y primer socio extracomunitario se encuentra Estados Unidos (2.747 M€) que experimenta un retroceso -6,4% en parte por el extraordinario comportamiento que experimentaron las ventas en años previos, hasta un 21% en 2021. Reino Unido (2.643 M€) ocupa la sexta plaza con un crecimiento del 9,4%. Le sigue China, ya como el primer país asiático del ranking, con un valor de 1.837 M€ y un retroceso del -23,6% que refleja la bajada de sus importaciones de porcino tras la superación en el país de la situación de la fiebre porcina, así como el aumento de medidas proteccionistas con trabas para la importación de alimentos y bebidas. Completan el ranking de los primeros destinos Países Bajos (1.496 M€), Japón (1.139 M€), Polonia (1.104 M€) y Bélgica (1.047 M€).
En cuanto a los productos más exportados, encabezan la lista la carne y los productos cárnicos (12.032 M€); conservas hortofrutícolas (5.866 M€); pescado y mariscos (4.471 M€), aceite de oliva (4.148 M€); vino (2.966 M€); productos de panadería y pastas alimenticias (2.043 M€); productos de cacao, confitería y chocolate (1.918 M€); lácteos (1.766 M€); y alimentación animal (1.281 M€), entre otros.
Protección de un sector clave para la economía española
Dado el reflejo de toda la incertidumbre económica y política de los últimos ejercicios y su evidente impacto en la industria, FIAB señala como prioridad la protección de un sector vital para España ante una situación que amenaza con prolongarse y a la que, además, se añade las tensiones provocadas por los episodios adversos que deja el cambio climático y la sequía prolongada en nuestro país, devolviendo una mayor inestabilidad a la actividad de la cadena alimentaria.
Por ello, la Federación considera clave que los entornos políticos y económicos sean estables y eviten desequilibrios para la competitividad de las empresas, sobre todo en cuanto a evitar nuevas cargas fiscales, garantizar la unidad de mercado y salvaguardar al sector frente a competidores externos.
Además, FIAB ha querido señalar la importancia de que las empresas cuenten con marco regulatorio y fiscal estable, para incentivar su capacidad inversora. Esto repercutirá en un avance más rápido de sus políticas tanto de innovación, como de sostenibilidad, para afrontar un futuro para los alimentos y bebidas con mayores garantías. En este sentido, será vital la concreción de las ayudas de la segunda convocatoria del PERTE dirigido al sector y que deberán acompañarse de más ayudas, en especial para las pymes, que conforman la mayor parte del tejido productivo de la industria de alimentación y bebidas.