La economía española no se ha visto afectada en el corto plazo por la parálisis política o el repunte de los precios del petróleo, de forma que este año crecerá un 3%, según Analistas Financieros Internacionales (AFI), que coinciden así con la revisión al alza realizada la pasada semana por el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos.
Este pronóstico de crecimiento también viene a enmendar al alza las propias previsiones de AFI, que apuntaban inicialmente a un crecimiento del 2,7%. Sin embargo, los vientos de cola de la economía española no tendrán tanto empuje en 2017, con lo que el organismo ha rebajado a la baja sus pronósticos, desde una avance del PIB del 2,3% al 2,2%.
Para este año, AFI indica que el crecimiento del 3,4% en el primer trimestre de este año supone un ritmo de avance «fuerte» que «no se debe calificar de transitorio, ya que prolonga la senda iniciada el pasado año».
A partir de ahí, los indicadores adelantados correspondientes al segundo trimestre, junto a los buenos registros del mercado laboral, anticipan un crecimiento del 0,7% intertrimestral al cierre de junio, una décimas menos que entre enero y marzo (0,8%).
Sobre el segundo semestre del año, AFI espera que los vientos de cola se vayan «diluyendo». Así, las condiciones financieras laxas y la moderada recuperación del crédito seguirán presentes, pero el precio del barril de petróleo supera ya los 50 dólares, por encima de lo previsto a inicios de año.
Además, el informe avisa de que el prolongado contexto de incertidumbre política podría suponer un deterioro de la actividad económica en los próximos trimestres, al tiempo que el repunte de la deuda pública por encima del 100% del PIB «obliga a rediseñar las próximas etapas en el proceso de consolidación fiscal».
«Luces y sombras», según AFI, que lastrarán el avance de la economía española hasta tasas intertrimestrales del 0,5% durante la segunda mitad del año, camino de su crecimiento potencial.
PERO EL PARO NO BAJARÁ DEL 20%
Sin embargo, pese a que AFI prevé que el PIB tenga un mejor comportamiento al esperado, en línea con la revisión que ha realizado el Gobierno en funciones, pronostica en paralelo una desaceleración progresiva del mercado laboral, hacia un crecimiento anual del 2,6% en 2016 y del 2% en 2017.
En este contexto, los analistas creen que la tasa de paro se situará en el 20% este año y que se reduzca ya por debajo de esta barrera psicológica, hasta el 18,8%, el próximo.
ALERTA SOBRE LOS BAJOS SALARIOS
Por otro lado, AFI indica que el consumo privado seguirá siendo el principal motor del crecimiento, con una aportación de 1,9 puntos del PIB este año, superior incluso a la registrada en 2015. Mientras tanto, la inversión seguirá perdiendo fuerza, pero contribuirá con un punto al crecimiento en el conjunto del año.
En este punto, el informe advierte de que, «con un crecimiento tan dependiente del consumo privado, la reducción de la remuneración media por asalariado –descendió un 1,2% en el primer trimestre– representa una vulnerabilidad en caso de impacto relevante sobre la renta bruta disponible de los hogares».
Por su parte, la aportación de la demanda exterior al incremento del PIB será negativa, de entorno a cuatro décimas, según AFI, por la moderación esperada de las exportaciones y por la «elasticidad» de las importaciones.
HACEN FALTA MEDIDAS ESTRUCTURALES FRENTE AL DÉFICIT
En el capítulo del déficit público, AFI mantiene su previsión de que el saldo se reduzca hasta el 4,2% del PIB este año, por encima del 3,7% que prevé la Comisión Europea, y avisa de que «solo el Estado ha aprobado medidas de consolidación fiscal adicionales».
«Para los déficits de carácter estructural (Seguridad Social y Comunidades Autónomas) no se han aprobado por el momento medidas de calado», avisa.
En este sentido, las estimaciones del organismo apuntan a que la Seguridad Social registrará este año un déficit similar, sino mayor que el registrado en 2015.
Por su parte, las comunidades autónomas todavía se encuentran en fase de elaboración de los planes económicos aprobados por el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), lo que, según AFI, «lleva a pensar que la puesta en marcha de medidas adicionales tendrá un reducido impacto en este ejercicio».