Acceso a Internet

La brecha en el acceso a Internet fomenta la desigualdad social

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Actualizado 08 | 09 | 2017 08:00

Un grupo de expertos nacionales e internacionales han advertido de que la brecha digital supone «una fuente de desigualdad» a la que es necesario prestar atención desde la perspectiva social, por lo que plantean la necesidad de buscar soluciones para reducirla.

Así lo ponen de manifiesto en el último número de ‘Panorama Social. Desigualdades digitales. Los límites de la sociedad red’ editado por Funcas, en el que apuntan que las mayores brechas se producen entre los mayores y menores de 55 años, los ciudadanos con peor o mejor situación laboral y los individuos con un nivel educativo mayor o menor.

En su análisis, el autor Cristóbal Torres apunta que el porcentaje de españoles que utiliza Internet ha pasado del 47% en 2006 al 81% en 2016. Sin embargo, existen diferencias que afectan a los grupos más desfavorecidos, lo que sugiere «la consolidación de un proceso de estratificación que limita la rápida desaparición de la brecha digital».

De esta manera, mientras que entre el 93% y el 98% de la población más joven tenía acceso de Internet en 2016, las personas de entre 45 y 55 años que disfrutaban de este acceso suponían diez puntos menos, bajaba el 65% en el caso de los individuos de entre 55 y 64 años y al 35% para los de entre 65 y 74 años. Esto implica la existencia de dos grupos sociales, donde el punto de inflexión son los 55 años.

Aunque Internet tiene el potencial de nivelar el ‘campo de juego’ al ofrecer «numerosas oportunidades a los usuarios», Eszter Hargittai señala que, en la situación actual, los «más privilegiados» se benefician de la red más que aquellos en «posiciones menos ventajosas».

PLANES DE FORMACIÓN PARA ROMPER LA BRECHA

Por su parte, el autor Stefano de Marco indica que el uso de Internet refleja las desigualdades del mundo ‘offline’, en lugar de eliminarlas. En cuanto a los usos de Internet, concluye que, mientras que en los usos de entretenimiento se dan patrones similares en todos los segmentos de la población, en los usos beneficiosos hay diferencias mucho más marcadas entre los internautas con mayor o menor nivel educativo y de más o menos edad.

En cuanto a soluciones, los autores José Luis Martínez-Cantos y Cecilia Castaño apuntan que las brechas de género no se corregirán por sí solas con el simple reemplazo generacional, sino que serán necesarios cambios culturales que contribuyan a superar algunos estereotipos sociales sobre las diferencias de capacidades específicas entre hombres y mejores y a mejorar el entorno laboral y empresarial desde este punto de vista.

Según Begoña Peral-Peral, Ángel F. Villarejo-Ramos y Jorge Arenas-Gaitán, las administraciones y las empresas «deberían preocuparse más por reducir la brecha digital entre los mayores y plantear iniciativas con este fin», a través de la promoción de planes de formación en el uso de las nuevas tecnologías y de la generación de confianza en ellas por parte de los ciudadanos de más edad.


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