El presidente de CROEM, José Mª Albarracín, pidió hoy en rueda de prensa virtual que exista una «coordinación real» de todas las Administraciones para aplicar las medidas excepcionales que exige la pandemia y un plan especial para los sectores del comercio, el turismo y la hostelería, «porque de lo contrario irán al cierre y a la ruina».
Albarracín, que estuvo acompañado en su comparecencia ante los medios por sus vicepresidentes Ana Correa, Antonio García José Hernández, recalcó que desde el primer momento los empresarios han actuado con responsabilidad aplicando «de manera escrupulosa» los protocolos de seguridad laboral y de prevención marcados por las autoridades sanitarias. «Los poquísimos casos positivos que se han producido en empresas han sido atendidos y no han afectado a la actividad. Ha sido la temeridad de los más irresponsables la que está detrás de los casos/rebrotes que se han ido produciendo. Y pongo como ejemplo de mala práctica los botellones y otro tipo de reuniones lúdicas que no han cumplido con las medidas de seguridad. Personas que piensan que se puede vivir al margen de las mínimas normas de convivencia», afirmó Albarracín, quien volvió a pedir responsabilidad individual y colectiva a la ciudadanía. «No actuar así pone en riesgo no solo nuestra salud sino también la economía y el empleo», concluyó.
Por otra parte, el presidente de CROEM informó de que la confederación ha estado en contacto «permanente» con el Gobierno regional, sobre todo con los responsables de carteras cuyas áreas más afectan a la actividad empresarial. «En las dos últimas semanas he mantenido reuniones virtuales con los consejeros de Empleo, Fomento, Agricultura y Educación, además de la comunicación más permanente que mantengo con la titular de Empresa. Las empresas privadas son las que al final hacen crecer la economía, pagan impuestos y crean empleo. Y los empresarios estamos en eso, no en hacer política, pero sí que demandamos responsabilidad a los políticos, que para eso los hemos elegido y se les paga», comentó al respecto.
Además, Albarracín reivindicó el diálogo social como el lugar natural para proponer, participar y finalmente llegar a acuerdos «para salvaguarden la actividad empresarial como mejor garantía para crear y salvar empleos. Entiendo que ahora lo social ocupa mucho espacio, pero no se puede garantizar el Estado del Bienestar dando la espalda al tejido productivo y no recortando el gasto público», subrayó el presidente de los empresarios murcianos, al tiempo que reivindicó unas Administraciones Públicas «más eficientes, más ágiles y más dinámicas».
En lo relativo a los ERTEs, José Mª Albarracín dijo que el escenario ideal es su prolongación hasta diciembre de 2021, como se ha acordado en Alemania, aunque también daría por bueno que los expedientes se mantuvieran hasta la primavera de dicha anualidad, no que llegasen hasta el próximo diciembre, como demanda el Gobierno. En todo caso, considera que «el ERTE tiene que ir acompañado de otras medidas complementarias, como la bajada de impuestos, porque el colectivo de autónomos, micropymes y pymes necesita para su supervivencia, por ejemplo, la exoneración de las cotizaciones a la Seguridad Social y una inyección de liquidez, en condiciones especiales, para retomar su actividad lo antes posible».
La formación y la innovación son claves en el proceso de recuperación, según Albarracín. Pero no está de acuerdo en la prisa por sacar adelante una ley dedicada al teletrabajo, ya que ésta tiene que debatirse en la mesa de diálogo social. «El teletrabajo está ayudando a la conciliación, pero no podemos olvidar que existe una amplia diversidad de sectores de actividad y no todos pueden aplicar esta modalidad» apuntó. Para el presidente de CROEM es «más urgente» que se extienda el uso de la aplicación móvil lanzada por el Gobierno y tener claro cuáles son las acciones de choque «para volver a poner en marcha a los sectores más castigados: el comercio, el turismo y la hostelería». Sobre este particular dijo que «todos hemos ido a bares, restaurantes y cafeterías donde podemos ver cómo se cumple a rajatabla el protocolo de seguridad. Pero se ha dado siempre una vuelta de tuerca más al sector; lo último prohibiendo el servicio en barra en la Región de Murcia».
Albarracín, que espera que algunas de estas medidas se vayan relajando en los próximos días, mostró un apoyo férreo a HOSTEMUR, la patronal de la hostelería y el turismo, que hoy había convocado una manifestación en coche por las calles de Murcia. «Entendemos la desesperación del sector y desde CROEM ya alertamos en su momento de que esta actividad estaba siendo la más castigada por la pandemia», por lo que pidió que se revisen algunas de las restricciones ahora vigentes.
Finalmente, Albarracín recordó que aunque la pandemia ha desplazado de la actualidad otros temas, cuestiones como las consecuencias del Brexit siguen preocupando a los empresarios, ya que sectores como el agroalimentario y el turístico tienen en el Reino Unido un mercado clave. También pidió que se siga impulsando la industria, ya que en aquellos territorios en los que la industria es superior al 20% del PIB el paro estaba por debajo del 10% antes de la pandemia y debemos hacer todo lo posible para que en la Región de Murcia este sector vaya a más».
El presidente de CROEM se mostró además partidario de normalizar el inicio del curso escolar porque no sólo no se debe permitir que niños y jóvenes vean condicionada su educación, sino porque en términos económicos hay muchas actividades que giran en torno a los centros educativos, como el transporte escolar, los comedores y los servicios de limpieza, entre otros.»Tengo confianza en que se sabrá gestionar adecuadamente y con profesionalidad este inminente regreso, sobre todo si produce algún caso. Ha habido tiempo y ya se dispone de mucha información sobre cómo proceder para que ello suceda sin tener que llegar al cierre de un centro», manifestó.
En la parte final de su exposición, José Mª Albarracín demandó a los políticos «unidad ante circunstancias tan adversas como las que vivimos porque debemos remar a la vez y no se puede utilizar la pandemia para avivar un debate político que ya de por sí resulta cansino y hasta vergonzante a veces».