Todavía son muchas las empresas que se muestran reticentes a aplicarla

Jornada intensiva en verano: ¿sí o no?

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Actualizado 17 | 06 | 2019 07:00

Jornada intensiva

Pongámonos en situación: un lunes de agosto, casi 40º de temperatura, 18.00h y en la oficina, ¿cuál sería tu rendimiento laboral? Según las encuestas de Grasshopper: hasta un 25%.

6 de cada 10 trabajadores prefiere trabajar bajo un régimen de jornada intensiva y 1 de cada 3 afirma que no puede conciliar la vida personal con la profesional porque su horario le ocupa todo el día.

¿En qué consiste la jornada intensiva?

La jornada intensiva o continua consiste en realizar la jornada laboral del tirón. No importa que se realicen menos horas, siempre y cuando en el cómputo anual se ajuste a lo estipulado.

Con la llegada de los meses de verano, muchas empresas deciden establecer para sus trabajadores unos horarios desde 7 de la mañana a 2 de la tarde o de 8 a 3. Únicamente se establecen los descansos que son obligatorios por ley (15 minutos si se trabaja más de 6 horas). Ese tiempo de descanso se considera tiempo efectivo de trabajo.

De hecho, en algunos sectores se produce una bajada del volumen de trabajo durante los meses estivales. En otros, como el de la construcción, se hace más difícil trabajar debido a las altas temperaturas. Pero, todavía son muchas las empresas que se muestran reticentes a aplicarla.

Ventajas de la jornada intensiva

La jornada intensiva reporta grandes ventajas para el trabajador, sobre todo a la hora de conciliar mejor la vida profesional con la vida personal o familiar.  Pero, conlleva también una serie de beneficios para la empresa:

  • Ayuda a la conciliación de la vida personal y laboral de los trabajadores. Al tener las tardes libres, dotamos de mayor facilidad a los trabajadores de poder realizar planes con sus hijos en la época de vacaciones escolares. Incluso evitamos el gasto adicional para que alguien pueda quedarse con ellos cuando se está en el trabajo.
  • Mejora el descanso y la gestión del tiempo de los trabajadores. La jornada reducida permite que el trabajador sufra un menor nivel de desgaste físico y psíquico. Al llegar a casa antes, dispone de un mayor tiempo para sus quehaceres diarios sin tener que trasnochar y le permite llegar al final del día con una menor sensación de agotamiento y preocupaciones.
  • Facilita la desconexión y reduce el estrés de los trabajadores. El estrés es una de las mayores amenazas en el puesto de trabajo. Aplicar la jornada reducida permite a los trabajadores tiempo para desconectar por unas horas de las preocupaciones laborales, algo esencial para liberar la mente y dejarla lista para una nueva jornada de trabajo.
  • Aumento de la productividad laboral. Comprimir las horas de trabajo para desarrollar las mismas tareas no es un mal ejercicio para la compañía. Los empleados deberán realizar las tareas en el tiempo marcado por la jornada intensiva. Además, según la OCDE, en Alemania trabajaron unas 200 horas menos que los españoles pero sin embargo, su productividad fue de más de 10$/hora.
  • Reduce el absentismo. Cuando el trabajador dispone de más tiempo para él mismo, el absentismo se reduce notablemente.
  • Ahorro de costes. Al estar menos tiempo en la oficina se reduce el consumo de luz, electricidad, aire acondicionado y otros gastos de mantenimiento en el centro de trabajo.

Desventajas de la jornada intensiva

También hay ciertas desventajas que se deben tener en cuenta:

  • Disminuye el contacto con el resto de los compañeros, lo que supone un inconveniente para las empresas que quieran implantar cierta cultura común entre sus empleados.
  • Este horario puede tener otro inconveniente como no controlar los tiempos de trabajo, pudiendo llegar a tener más distracciones si no se crean esquemas claros de trabajo.
  • No es aplicable en todos los sectores. Negocios como los de atención al público deben cumplir una jornada extendida debido a las exigencias del sector.
  • Incompatibilidad de horarios con proveedores o clientes. Puede suponer un problema si se trabaja con otras empresas, proveedores o clientes que no tienen jornada intensiva. En estas situaciones, aplicar el horario intensivo puede provocar que se siga trabajando fuera del horario y que se terminen realizando horas extra.
  • Estrés por una mala planificación del horario. Una mala aplicación del horario intensivo puede llevar a que un trabajador se vea con una gran carga de trabajo en menor tiempo, lo que puede provocar estrés.

¿Afecta a todos por igual?

En el caso de los trabajadores con contratos a tiempo parcial, se deberá tener en cuenta el cómputo anual de la jornada. Si la implantación de la jornada intensiva no supone reducir el número de horas anuales totales que deben cumplir los trabajadores a jornada completa porque lo que se hace es una distribución de horas a lo largo de todo el año, entonces la jornada de los trabajadores a tiempo parcial no se verá modificada. Pero si la medida supone una reducción de las horas que hacen los trabajadores a tiempo completo, entonces se deberá reducir proporcionalmente el horario de los contratados a tiempo parcial durante el tiempo que dure la jornada intensiva, ya que éstos tienen los mismos derechos que los trabajadores a tiempo completo.

Muchos autónomos ni se plantean la posibilidad de decir que “no” a un trabajo. En el mejor de los casos, en el que sus clientes también apliquen la jornada de verano y no pueda trabajar con ellos por las tardes, seguramente aprovechará para poner en orden la facturación, trabajar desde casa, buscar materiales, etc.

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