Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado intervinieron en 2018 más de seis millones de productos falsificados con un valor de 994,5 millones de euros, según los datos publicados por el Ministerio del Interior.
En concreto, la cifra de artículos incautados es muy similar a la de 2017, cuando se intervinieron 6,2 millones de productos. Una de las diferencias que se encuentran respecto a 2017, es el valor de los productos incautados ya que, siendo algo menor la cantidad este año, de haberse comercializado, los falsificadores hubieran logrado en 2018 en el mercado negro 994,5 millones de euros, cuando en 2017 el valor fue de cerca de 300 millones de euros.
«Este dato es una muy buena señal, ya que indica que no se cesa en el esfuerzo de luchar contra las falsificaciones y que se mantiene el nivel de recursos respecto al año anterior. De hecho, se han realizado 1.604 operaciones, 214 más que en 2017», ha explicado el director general de la Asociación para la Defensa de la Marca (Andema), José Antonio Moreno.
De esos casi 1.000 millones de euros, 776,3 millones de euros corresponden a joyas y relojería. Y es que la cantidad de artículos incautados de este sector ha pasado de 7.145 en 2017 a 411.551 en 2018. Destacan también los 127,8 millones de euros en marroquinería y complementos y los 21,7 millones de euros en textil.
«Este año llama la atención el descenso de productos de bebidas y comestibles incautadas, que han pasado de más de 1,6 millones de artículos en 2017 a 43.607 en 2018», ha señalado el director de Andema.
Por comunidades autónomas, el Ministerio del Interior ha revelado que Andalucía es la región donde más número de operaciones se han realizado (461), interviniendo 512.392 productos falsificados, seguida por Cataluña -con 246 intervenciones y 249.487 artículos incautados-, Comunidad Valenciana -con 205 intervenciones en las que se han incautado más de 4 millones y medio de artículos falsificados-, y la Comunidad de Madrid -con 174 intervenciones realizadas y 88.495 de productos falsificados incautados-.
«Aunque los datos de intervenciones e incautaciones son muy buenos y estamos muy satisfechos con los resultados, no deja de ser una sensación agridulce el hecho de que España siga importando, distribuyendo y vendiendo esta cantidad ingente de artículos falsificados con los grandes perjuicios que generan en la economía, en el comercio y en el empleo. Está claro que si hay oferta es porque existe una demanda y el consumidor ha de ser consciente de lo que hay detrás de las falsificaciones», ha recalcado Moreno.