Casi todos conocemos los contratos en prácticas porque así ha comenzado nuestra andadura profesional. Sabemos que si tanto la empresa como el becario hacen bien su trabajo, este recibe un aprendizaje práctico en la empresa complementando la formación que ha recibido.
Pero, además de los contratos en prácticas o de formación para mayores de 45 años, existen otras modalidades contractuales orientadas a la formación que implican a las empresas, como por ejemplo, la formación profesional dual. Se trata de una modalidad formativa que aporta muchas ventajas, tanto a los empleados como a las empresas.
A continuación, te lo explicamos.
Qué es la formación dual
La formación dual es una modalidad formativa mixta que implica el aprendizaje tanto en el centro educativo como en la empresa. La diferencia con los contratos de prácticas comunes es que, en este caso, ambas instituciones son las responsables de la formación del alumno. Por un lado, el centro educativo dará los conocimientos teóricos necesarios, que luego la empresa completará enseñando la parte más práctica.
Qué beneficios aporta la formación dual
Este tipo de formación tiene muchas ventajas para el alumno, pero también aporta numerosos beneficios a tu empresa, en el caso que decidas participar en los programas de formación dual.
En primer lugar, estarás formando trabajadores con los que podrás contar en el futuro. Esto es útil si necesitas incorporar perfiles muy especializados, ya que puedes centrar los contenidos en esas áreas en las que es más difícil encontrar talento.
Por otro lado, eres libre para adaptar los contenidos impartidos a las necesidades de tu empresa. Así, sigues ofreciendo formación al alumno pero, además, cubres el puesto que necesitas con este nuevo talento.
También puedes tomarte estos programas de formación como una acción de responsabilidad social corporativa ya que, aunque son beneficiosos para tu empresa, también estás ayudando a una persona a entrar en el mercado laboral.
Cómo hacer una gestión eficiente de la formación dual
El objetivo principal es que los contenidos impartidos en el centro educativo y los conocimientos transmitidos en la empresa vayan en la misma línea. Por lo tanto, ambas partes deben tener una buena comunicación y coordinación. Esto es algo imprescindible para garantizar la buena calidad de la formación.
Por otro lado y como ya te hemos comentado, los contenidos pueden adaptarse a las necesidades de la empresa, por lo que sería positivo analizar ates en qué áreas se va a necesitar talento, aunque lo principal es el aprendizaje del alumno.
