La ministra de Economía, Nadia Calviño, ha presentado el nuevo cuadro macroeconómico, que contempla una revisión a la baja de una décima tanto del crecimiento previsto para este año, que se sitúa en el 2,6%, como el de 2019, en el 2,3%.
Así lo ha avanzado Calviño en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros extraordinario, en la que ha detallado el cuadro macroeconómico que acompañará al plan presupuestario de 2019 que el Gobierno remitirá este mismo lunes a Bruselas, sobre el que ha afirmado que recoge unas previsiones «prudentes», que se encuentran en los «límites inferiores» de los rangos de previsiones de organismos nacionales e internacionales.
Calviño ha explicado que la rebaja de las previsiones se debe al comportamiento menos favorable del inicialmente previsto en la demanda externa, que restará una décima de crecimiento este año y no aportará nada el próximo año.
Además, ha indicado que el borrador presupuestario incluye el impacto de la variación del precio del petróleo y los cambios en Contabilidad Nacional realizados por el INE, tras revisar a la baja el crecimiento del primer trimestre.
El cuadro macroeconómico contempla una aportación de la demanda nacional del 2,7% y el 2,3% en 2018 y 2019, con un alza de las exportaciones del 3,2% y el 3,4%, respectivamente, inferior al previsto para las importaciones (4% y 3,8%, en cada caso).
A pesar de esta rebaja del crecimiento previsto, el Gobierno ha mantenido las previsiones de empleo contempladas inicialmente, con lo que se mantiene en el 15,5% la tasa de paro para este año y en el 13,8% para 2019.
La ministra ha indicado que el escenario macroeconómico se encuentra dentro de la horquilla de crecimiento que se venía considerando desde hace tiempo, si bien ha apuntado que se seguirán de forma «muy atenta» los posibles riesgos a nivel internacional, como las tensiones en los mercados emergentes o el Brexit.
Con estas cifras, el Ejecutivo calcula un alza del PIB nominal del 3,9% este año y del 4,1% el próximo, y es que, según Calviño, las medidas incluidas en el borrador presupuestario, con unos ingresos d e 5.678 millones y unos gastos previstos de 5.098 millones, tendrá un impacto «neutro» en el crecimiento real de la economía española en 2019.
SUPERÁVIT PRIMARIO EN 2019 Y DEUDA PÚBLICA DEL 95,5%
De hecho, Calviño ha anunciado que en 2019 se alcanzará por primera vez superávit primario, ya que la ratio de deuda/PIB se reducirá este año y el próximo el doble que en los tres años anteriores.
Según sus cálculos, se registrará una reducción estructural del déficit público de 0,4 puntos porcentuales de PIB. Los objetivos del Gobierno detallados por la ministra de Hacienda María Jesús Montero, cuya senda ya fue rechazada por el Congreso a finales de julio, plantea un déficit del 2,7% este año, cinco décimas más que la senda del Ejecutivo de Rajoy, un 1,8% para 2019 (cinco décimas más), un 1,1% para 2020 (ocho décimas más) y cuatro décimas en 2021, frente al superávit estimado antes.
Con esta senda, Calviño ha informado de que la deuda pública bajará 1,5 puntos porcentuales, pasando del 98,1% de 2017 al 95,5% a finales de 2019.
De esta forma, Calviño ha querido mostrar la «determinación» del Gobierno para «continuar, mantener y si cabe reforzar» la disciplina presupuestaria, aumentando la corrección del déficit y reduciendo de forma «más decidida» la deuda pública.» «Es un compromiso de España y no veo por qué tendría que haber ningún tipo de duda por parte de los mercados financieros», ha añadido.
LAS MEDIDAS DEL ACUERDO PRESUPUESTARIO NO IMPACTARÁN AL CRECIMIENTO
La ministra de Economía ha defendido que las medidas incluidas en el borrador presupuestario suponen un «punto de inflexión» en la política económica y dan muestra de la intención del Gobierno de contribuir a una sociedad «más justa», con una política «responsable» que conjugue disciplina fiscal con lucha contra la desigualdad.
«La disciplina fiscal no justifica las políticas que ahonden en la desigualdad o restrinjan derechos», ha apostillado Calviño, quien ha aseverado que el borrador presupuestario cumple con los objetivos fundamentales de saneamiento permanente de las cuentas públicas, y que éste no se apoye solo en los ciclos económicos; la recuperación de la función «redistributiva» de la política fiscal y la sostenibilidad a medio plazo de la economía.
Tanto Calviño como Montero han insistido en que el conjunto de medidas recogidas en el borrador presupuestario no tendrán un impacto negativo sobre el empleo ni sobre el crecimiento, pero sí positivo sobre las rentas disponibles de las familias.
Sobre el alza a 900 euros del Salario Mínimo ha asegurado que permite elevar las cotizaciones de la Seguridad Social y contribuirá a mejorar al saneamiento de las cuentas públicas de la Seguridad Social, como «garantía» a medio plazo de unas pensiones «aseguradas», descartando por tanto que afecte al empleo o al crecimiento.
Según Calviño, España se encuentra actualmente en una fase «positiva» del ciclo, si bien, tras haber alcanzado su punto máximo en 2015, las tasa «robustas» de crecimiento se han ido moderando de forma «coherente».
Por ello, la titular de Economía ha apuntado que el Gobierno seguirá trabajando para hacer posibles los cambios normativos que permitan aprobar la nueva senda de estabilidad, ya que con ella se corrige el incumplimiento «flagrante» de los objetivos de déficit en los últimos años y la recuperación de derechos gracias a una senda «realista» que si no viese la luz supondría «quitar» 11.000 millones de euros de gasto.