Las contraseñas ya no son muros: son puertas.

Gestión de accesos privilegiados: el eslabón crítico en la protección de datos corporativos

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Actualizado 14 | 10 | 2025 13:00

Gestión accesos privilegiados

En un entorno donde la mayoría de las brechas de seguridad comienzan con credenciales comprometidas, la gestión de identidades privilegiadas (PAM, por sus siglas en inglés: Privileged Access Management) se ha convertido en el núcleo de cualquier estrategia de ciberprotección moderna.

Las contraseñas por sí solas ya no bastan. En 2025, los ataques basados en robo de credenciales representan más del 61% de los incidentes de ciberseguridad corporativa (Verizon Data Breach Report, 2025). Proteger la identidad digital, especialmente la de los usuarios con acceso privilegiado, es hoy la línea de defensa más crítica para empresas de todos los tamaños.

Qué es la gestión de identidad privilegiada (PAM)

La gestión de identidad privilegiada consiste en controlar, supervisar y proteger las credenciales y accesos de los usuarios que tienen permisos especiales sobre los sistemas corporativos: administradores de red, responsables de TI, desarrolladores con acceso al código fuente o directivos con datos sensibles.

Estos usuarios son el “santo grial” para los atacantes, ya que con una sola credencial comprometida pueden acceder a infraestructuras completas, bases de datos o servicios críticos.

Ejemplo: un ciberdelincuente que obtiene acceso a la cuenta de un administrador puede manipular políticas de seguridad, instalar malware o exfiltrar información sin ser detectado durante semanas.

Por qué la gestión de identidad privilegiada es esencial en la protección de contraseñas

Las contraseñas siguen siendo un punto débil del ecosistema digital, especialmente cuando los privilegios de acceso no están correctamente gestionados.

Los errores más comunes en las empresas son:

  • Uso compartido de contraseñas entre empleados.
  • Cuentas con privilegios excesivos sin necesidad real.
  • Contraseñas almacenadas en texto plano o en hojas de cálculo.
  • Falta de control sobre el uso de credenciales en entornos híbridos o cloud.

La gestión de identidad privilegiada elimina estos riesgos al:

  • Centralizar la autenticación.
  • Automatizar el ciclo de vida de las contraseñas privilegiadas.
  • Monitorizar el uso en tiempo real.
  • Registrar cada acción de los usuarios con acceso crítico.

Según Gartner, las empresas que implementan soluciones PAM reducen el riesgo de brechas por robo de credenciales en un 80%.

Componentes principales de una solución PAM moderna

  1. Gestión de contraseñas privilegiadas. Almacena las credenciales en cofres cifrados (“vaults”) y las rota periódicamente. Ejemplo: las contraseñas de administrador se cambian automáticamente cada 24 o 48 horas.
  2. Control de sesiones privilegiadas. Supervisa y graba las sesiones activas de usuarios con acceso sensible, permitiendo auditoría posterior. Esto impide actividades no autorizadas y simplifica la trazabilidad.
  3. Autenticación multifactor (MFA). Combina contraseñas, biometría o tokens físicos para validar identidades. Las organizaciones con MFA activa reducen ataques exitosos en un 99,2% (Microsoft Security, 2025).
  4. Principio de privilegio mínimo. Cada usuario solo debe tener el acceso estrictamente necesario. Aplicarlo reduce la superficie de ataque y los daños potenciales.
  5. Alertas e inteligencia de comportamiento (UBA/UEBA). La IA analiza patrones de acceso y detecta anomalías (por ejemplo, un usuario que accede fuera de horario o desde una ubicación sospechosa). En 2025, la combinación de PAM + IA predictiva se considera el estándar de oro en ciberdefensa corporativa.

PAM y Zero Trust: el binomio perfecto

La gestión de identidades privilegiadas no opera de forma aislada: es la pieza central del modelo Zero Trust, la filosofía que asume que ningún usuario ni dispositivo debe ser de confianza por defecto.

Un enfoque Zero Trust con PAM implica:

  • Autenticación continua.
  • Validación de contexto (ubicación, dispositivo, rol).
  • Segmentación de accesos.
  • Visibilidad completa sobre quién accede, cuándo y por qué.

Según IBM, las empresas que combinan PAM con políticas Zero Trust reducen el coste medio de una brecha en más de 1,7 millones de dólares.

Cómo implementar una estrategia PAM eficaz en una pyme

  1. Audita tus cuentas privilegiadas. Identifica quién tiene acceso a sistemas críticos y elimina duplicidades o cuentas inactivas.
  2. Centraliza las credenciales. Usa gestores seguros como CyberArk, BeyondTrust, Delinea o KeeperPAM.
  3. Activa autenticación multifactor y rotación automática. Ninguna contraseña debería permanecer igual más de 30 días.
  4. Supervisa y registra todas las acciones privilegiadas. Grabar sesiones administrativas disuade comportamientos inseguros y facilita auditorías.
  5. Forma al equipo. El 80% de los ciberincidentes se deben a errores humanos. Educar en buenas prácticas de acceso es tan importante como la tecnología.

El impacto real de una buena gestión de identidades privilegiadas

  • Reducción del 80% de ataques por robo de credenciales.
  • Cumplimiento de normativas (ISO 27001, GDPR, NIS2).
  • Menor carga operativa en el equipo de TI.
  • Ahorro estimado de hasta 3 millones de euros anuales en prevención de brechas y sanciones.

En la nueva economía digital, donde cada empleado, proveedor o sistema puede ser un punto de entrada, proteger las identidades privilegiadas es proteger la empresa.

Las contraseñas ya no son muros: son puertas. Y solo las organizaciones que gestionen quién, cuándo y cómo las atraviesa podrán garantizar continuidad, cumplimiento y confianza.

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