El colectivo de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) considera que la reforma del Impuesto sobre Sociedades aprobada por el Consejo de Ministros y publicada hoy en el BOE supone un «nuevo vaivén» de la política fiscal del Gobierno y una «patada hacia delante» en materia fiscal, ya que apenas un año de suprimirse, se recupera el pago mínimo adelantado.
Para Gestha, se aprueba esta medida sin abordar en profundidad la raíz de la crisis recaudatoria y sin tener en cuenta la necesidad de una reforma fiscal integral que reduzca el fraude y la elusión fiscal de las grandes fortunas y multinacionales, y equipare la carga fiscal de empresas y familias.
IMPUESTO DE SOCIEDADES
Así, los técnicos de Hacienda explican que si bien este anticipo del Impuesto de Sociedades permitirá sumar este año 8.000 millones a las arcas públicas, lo cierto es que cuando se suprima nuevamente esa medida, el efecto será el inverso, pues lo anticipado ahora, faltará entonces, y se «desplomará la recaudación» de este impuesto tal como ha sucedido en 2016, lo que obligará a adoptar otras medidas.
Por otra parte, para el colectivo, el endurecimiento del pago mínimo a cuenta del Impuesto de Sociedades –que afectará a unas 9.000 empresas– sin aumentar su carga fiscal, no es más que una «operación contable» para salvar las cuentas públicas de 2016 ante los avisos de sanción de las autoridades europeas, pues los 8.000 millones que las empresas adelantarán entre octubre y diciembre se ingresarán de menos en julio de 2017 cuando presenten la declaración anual, y esa menor recaudación se compensará con los nuevos pagos adelantados a cuenta de 2017, por lo que el efecto recaudatorio total será «nulo» en 2017.
Para el presidente de Gestha, Carlos Cruzado, está bien que la política fiscal sea flexible y cambie para adaptarse a los tiempos, pero no «de forma improvisada», pues no tiene sentido adelantar los pagos si no se incrementa la carga impositiva, «ya que lo que recauda de más este año, se perderá después».
Por todo ello, Gestha denuncia la «improvisación» con la que viene actuando en estos últimos años el Ministerio de Hacienda con medidas «de ida y vuelta», entre otras, la recuperación en 2012 con carácter retroactivo de la deducción por inversión en vivienda suprimida en 2011 para quienes ganaran más de 24.107,20 euros y la posterior supresión total en enero de 2013 cualquiera que fuesen los ingresos, o la aprobación a finales de 2014 de la reforma fiscal que se materializaría en dos años, y seis meses después se adelantó a julio 2015 los efectos del IRPF previstos para 2016, «disparando el déficit hasta el 5,1% del PIB».
«Esta improvisación está presente nuevamente en la reforma fiscal que suprimió precisamente los pagos mínimos a cuenta del Impuesto de Sociedades a partir de 2015, si bien se prorrogó su vigencia para 2015, y al no prorrogarse en 2016 provocó un desplome recaudatorio y un aumento del déficit que ha llevado al Gobierno a recuperar in extremis este pago mínimo ahora a final de este año», subrayan los técnicos de Hacienda.