Los precios de la gasolina y del gasóleo han vuelto a repuntar, tras romper la pasada semana con la tendencia alcista iniciada en la segunda semana de agosto, y se han encarecido esta semana un 0,25% y un 0,1%, respectivamente, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE) recogidos por Europa Press.
En concreto, el litro de gasolina marca esta semana un precio medio en los surtidores de 1,157 euros, después de haberse encarecido un 0,25%.
Este combustible marcó en junio el máximo anual de 1,19 euros y cayó posteriormente hasta 1,121 euros a comienzos de agosto. Cuesta en la actualidad un 2,2% más que en enero.
En cuanto al gasóleo, marca un precio medio en los surtidores de 1,028 euros, frente al máximo del verano de 1,055 euros registrado a comienzos de junio.
Este carburante, consumido por cerca del 70% del parque automovilístico, registra en la actualidad un precio un 6,8% superior al de enero.
El barril de Brent, de referencia en Europa, se cambia por 47,25 dólares, casi dos dólares más que hace una semana, mientras que el Texas ‘sweet light’, de referencia en Estados Unidos, marca un precio de 45,79 dólares por barril, casi tres dólares más.
Con los precios actuales, el llenado de un vehículo con un depósito medio de 55 litros de gasolina cuesta en la actualidad 63,6 euros, lo que supone un ahorro de casi dos euros con respecto a la misma semana de 2015.
En el caso del gasóleo, el llenado del depósito asciende actualmente a 56,5 euros, lo que representa un ahorro para el bolsillo de casi 2,5 euros con respecto a hace un año.
PRECIOS CARBURANTES EN LA UE
Los carburantes son más baratos en España que en la media de la UE y la zona euro, donde el precio de venta al público del litro de gasolina se sitúa en 1,296 euros y en 1,332 euros, respectivamente. Por su parte, el litro de gasóleo cuesta 1,135 euros de media en la UE y 1,12 euros en la eurozona.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal en general.