Hace una década, la contracción del consumo asociada al estallido de la crisis económica provocó un momento crítico para la supervivencia de las librerías, un modelo de negocio ya acosado por los hábitos de consumo que había introducido el mundo digital. Una década después, las librerías han demostrado cierta capacidad para reinventarse en torno a la capacidad de prescripción del librero, la especialización temática, el acortamiento del ciclo de venta o la generación de espacios de lectura y agenda cultural.
El futuro de las librerías no está escrito. De acuerdo con los datos que ofrece Insight View, la facturación media de una librería ha crecido casi un 75% desde el suelo que tocó en 2011. Esta evolución, sin embargo, no se ha trasladado a los resultados, cada vez más ajustados, profundizando en el deterioro de la capacidad de pagos de una de cada cinco librerías.
En contra de lo que se vaticinaba hace una década, el libro electrónico no ha sustituido al papel. Los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas indican que ocho de cada diez lectores españoles siguen prefiriendo el soporte físico, uno lee digital y el último combina ambos. El desafío hoy no está en el producto sino en las nuevas formas de compra y distribución. De acuerdo con los datos que ofrece Insight View, a lo largo de la última década las librerías han sufrido un deterioro de su ratio de rentabilidad económica, que ha pasado del 6,3% de 2010 al 2,3% del último ejercicio, aunque ha logrado sostener otros ratios importantes, como los de solvencia, tesorería, liquidez y disponibilidad.
La librería media en España es una empresa que factura cerca de 3,3 millones de euros, con unos beneficios que apenas superan los 17.000 euros. Estos márgenes tan estrechos explican, en gran medida, los riesgos de impago en el sector. El 18% de las librerías están en riesgo elevado de incumplir sus pagos. El riesgo es máximo entre el 5% de estos comercios culturales. Una parte muy relevante del sector, el 46%, ha sido fundada después de la crisis. Es en este segmento donde se concentra el peor comportamiento: con facturaciones medias en el entorno de los 400.000 euros, la bolsa de librerías en elevado riesgo de impago se eleva hasta el 26%.
La distribución por tamaños empresariales muestra la profunda atomización de un sector donde la presencia de grandes y medianas empresas es testimonial: un relevante 85% son microempresas, un porcentaje que asciende al 97% si añadimos también a las pequeñas. Madrid es la Comunidad Autónoma con mayor número de estos establecimientos, el 23% del total, seguida de Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana.