La nueva política monetaria del BCE ya tiene consecuencias en el tejido productivo español. Las pequeñas y medianas empresas españolas están empezando a sufrir unas condiciones más exigentes en el acceso a la financiación.
Los nuevos préstamos bancarios otorgados a pymes ralentizan su crecimiento y, a pesar de la fuerte inflación acumulada, en el segundo trimestre tan solo crecieron un 5,4%, lo que supone el aumento más bajo registrado desde junio de 2021. De hecho, corrigiendo los efectos de la inflación, el volumen de los nuevos préstamos otorgados fue un 9% menor que en el mismo periodo de 2019, según el Informe de Financiación a Pymes elaborado por el servicio de Estudios de CEPYME.
En conclusión, la menor liquidez en circulación que ahora hay en el mercado se traslada a un menor volumen de crédito al que tiene acceso la pyme. De modo que los nuevos préstamos equivalen ahora al 12,7% del PIB, frente al 14% en 2019 y el 15% en el lustro prepandemia.
Causas
Las pequeñas y medianas empresas se enfrentan a una restricción y un endurecimiento de las condiciones crediticias debido a diversos factores, unos externos, promovidos por el endurecimiento de la política del Banco Central Europeo, y otros internos que derivan del desgaste que ha sufrido la pyme desde la pandemia y que ha deteriorado significativamente los balances de muchas empresas, lo que les dificulta no solo acceder al menor crédito existente, sino también tener capacidad para presentar las garantías exigidas para que les sea concedido un préstamo.
Cabe recordar que, en los meses de pandemia, la pyme asumió tan solo de líneas ICO 130.000 millones de euros, destinados a gastos fijos y no a inversión. Y, en segundo lugar, la crisis inflacionaria ha reducido de nuevo los márgenes de las empresas: por un lado, los costes han aumentado un 19% en los últimos 24 meses (datos del segundo trimestre del Indicador sobre la Situación de la pyme), mientras que las ventas crecen esencialmente sobredimensionadas por el efecto de la inflación, lo que eleva las cifras de facturación, pero en número de bienes vendidos, las ventas crecen un 0,9% en el último año, corregidos los efectos de la inflación.
Más solicitudes de préstamo rechazadas
La compleja situación por la que atraviesa la pyme provoca que demande menos crédito: la demanda del crédito ha descendido en los últimos trimestres, bajando en cuatro de los últimos seis trimestres. Lo que refleja que la incertidumbre y el aumento de costes paraliza las decisiones de inversión de las empresas y por tanto su demanda de crédito. De hecho, entre las causas que se atisban para explicar la caída de su requerimiento de financiación se encuentra principalmente una menor inversión, el incremento de los tipos de interés y que haya adelantado las renegociaciones de préstamos a trimestres previos.
La menor demanda se une a que la proporción de solicitudes de préstamo rechazadas aumenta y acumula cinco trimestres de incrementos, en consonancia con un endurecimiento de los criterios de concesión desde hace seis trimestres, debido a la menor liquidez existente en el mercado y a una menor tolerancia al riesgo, tal y como indica la Encuesta de Préstamos Bancarias del BCE, que señala que la peor coyuntura económica general y la incertidumbre de la situación de muchos sectores específicamente evolucionan de manera adversa para las concesiones.
Crédito más caro y de menor cuantía
La tipología de préstamo a pymes ha evolucionado. En primer lugar, su coste lastra la demanda. La contención de la financiación bancaria coincide con un fuerte aumento de los gastos de financiación. El interés medio de los nuevos préstamos a pymes ascendió en el segundo trimestre de este año al 4,36%, su mayor valor desde 2008. El encarecimiento ha sido el más intenso desde el año 2000, al subir 292 puntos básicos en solo un año.
En cuanto al tamaño del préstamo medio, este es sensiblemente inferior al que recibieron en el segundo trimestre de 2019, con una disminución del 7,5% en las pequeñas empresas y del 16,1% en las medianas, en términos corregidos por la variación del IPC.
Consecuencias El menor acceso al crédito es un desafío más al que se enfrenta la empresa española. En medio de una coyuntura hostil como la actual en cuanto a inflación, tipos de interés, incertidumbre y un contexto de elevadas cargas regulatorias, impositivas y laborales, la atonía en el crédito hacia las pymes lastra la inversión, el desarrollo de proyectos y, por tanto, el objetivo de ganancia de tamaño, así como las posibilidades de relanzar la productividad.
Descargar Informe de Financiación a Pymes | Servicio de Estudios de CEPYME.