Las pequeñas y medianas empresas desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de la economía mundial y son el principal motor de la innovación y la creación de empleo.
Los datos de Eurostat (National Statistical Offices) del sector no financiero indican que entre 2016 y 2018 las PYMEs españolas han contribuido en un 66,0% a la evolución del VAB y en un 65,6% a la creación de empleo.
A pesar de su importancia en el buen funcionamiento y desarrollo de la economía europea en general y española en particular, las PYMEs se enfrentan a importantes barreras al crecimiento. Según el Informe Anual de la Comisión Europea sobre las PYMEs europeas 2016/2017,entre las barreras más citadas por las PYMEs están el acceso a nuevos clientes y mercados,las dificultades para atraer y retener recursos humanos cualificados, la competencia, la eficiencia de los factores de producción, el marco legal y las restricciones y condiciones de acceso a la financiación.
En este contexto, y en vista de los todavía moderados signos de mejora en el acceso a la financiación tradicional, los fondos de capital privado se presentan como una alternativa viable a la financiación y al crecimiento de las PYMEs.
Este tipo de inversores profesionales, además de cubrir una necesidad de financiación, trae consigo un enfoque diferenciado de las alternativas más comunes de financiación bancaria o de emisión de otros instrumentos de deuda, que en su mayoría son poco flexibles, con plazos de amortización fijos y condiciones rígidas, que condicionan la disponibilidad del flujo de caja de las empresas para invertir, sobre todo en un contexto de riesgo de crecimiento de los tipos de interés. Por lo contrario, los fondos de capital riesgo ofrecen soluciones a medida, ajustadas a la realidad de cada empresa, desde una perspectiva de reparto de riesgos y creación de valor.
Varios estudios muestran resultados positivos en los niveles de eficiencia operativa y rentabilidad de las empresas pertenecientes a fondos de capital riesgo. S. Bernstein, J. Lerner, M. Sorensen y P. Stromberg, en el estudio Private Equity and Industry Performance publicado en 2017 concluyeron, basándose en una muestra representativa de 20 industrias ubicadas en 26 países diferentes, que las industrias con mayor inversión por parte de los fondos de capital privado muestran un mayor crecimiento en el volumen de producción, la creación de valor y la empleabilidad. También destacan que las industrias con mayor incidencia en la actividad del capital privado son más resistentes a los escenarios adversos.
En Europa, el sector del capital riesgo es una industria en crecimiento y cada vez más competitiva, registrando un récord de inversión anual en 2018, con 80.600 millones de euros (+7% en comparación con 2017), según datos de Invest Europe. Según la misma fuente, el número de empresas que recibieron capital privado en 2017 fue de 7.800 (+7% en comparación con 2017), de las cuales el 86% eran PYMEs.
También en España existe un creciente interés de los operadores de Private Equity nacionales e internacionales por las PYMEs españolas rentables, con potencial para aumentar la actividad y/o la eficiencia operativa.
Cada vez más inversores profesionales de este tipo buscan en Capitalizer oportunidades de inversión en diversos sectores y con criterios de inversión cada vez más amplios, que permitan a las PYMEs acceder a una forma de capital diferenciador que sea una palanca para el crecimiento.
