El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha asegurado que la recuperación económica en la zona euro ha superado su punto más alto teniendo en cuenta la ralentización del crecimiento que, en el primer trimestre de 2018, fue de un 0,4% del PIB, frente al 0,7% del mismo periodo de 2017.
Según se desprende del informe anual que realiza la institución financiera, conocido como ‘Artículo IV’, aunque el menor crecimiento de enero a marzo se debe al mal tiempo invernal, las huelgas y las vacaciones de Semana Santa, otros indicadores apuntan a que el segundo trimestre seguirá el mismo recorrido. En concreto, los técnicos del FMI han citado la producción industrial, el Indicador del Sentimiento Económico de la UE o el índice PMI.
Esta desaceleración de la eurozona fue la que llevó al FMI a rebajar las estimaciones de crecimiento al 2,2% en 2018 (dos décimas menos) y al 1,9% en 2019 (una décima menos) en su informe ‘Perspectiva Económica Mundial’ presentado esta semana. No obstante, la institución ha afirmado que existen «buenas razones» para esperar que el impulso de la recuperación dure. «El consumo seguirá firme, apoyado en la sólida creación de empleo y en un aumento gradual en los salarios», ha indicado.
Con respecto a la inflación, el criterio del FMI difiere con respecto al del Banco Central Europeo. La autoridad financiera presidida por Mario Draghi ha señalado que empezará a debatir la subida de los tipos de interés a partir de verano de 2019, que es cuando la inflación convergerá, previsiblemente, con el objetivo del BCE de situarse cerca pero debajo del 2%. En cambio, el FMI ha señalado en el ‘Artículo IV’ que la inflación no llegará a esa meta «hasta dentro de varios años».
«Los cambios demográficos, el bajo crecimiento de la productividad y el legado de la crisis seguirán ejerciendo resistencia», ha advertido el organismo con sede en Washington. «Es probable que la inversión en infraestructuras para la mejora de la productividad se vea frenada por la escasez de espacio fiscal en los países con altos niveles de deuda y por una excesiva precaución en los países con balances sólidos», ha añadido.
En opinión del FMI, dado que los países mucha deuda no se han centrado en reducirla en los años en los que el crecimiento ha sido elevado, se han quedado con un «espacio fiscal insuficiente» para poder responder adecuadamente a la próxima crisis económica.
Estos retos, unidos a las «tensiones comerciales» y a las «incertidumbres relacionadas con el Brexit» van a provocar que el crecimiento del PIB de la eurozona se acabe estabilizando a medio plazo en el entorno del 1,5%.
MÁS CONTRATOS INDEFINIDOS EN ESPAÑA
El informe anual del FMI ha incluido recomendaciones específicas para algunos países que están dentro de la eurozona, entre ellos España. El organismo presidido por Christine Lagarde ha instado al Gobierno a fomentar la «empleabilidad a largo plazo».
En concreto, ha recomendado a España «reducir la segmentación del mercado laboral mejorando el atractivo de los contratos indefinidos y reduciendo los obstáculos legales y administrativos que elevan el coste de dichos contratos». También ha recetado un «incremento en la capacidad de los servicios de empleo público», así como en la «calidad de la educación y la formación».
A nivel empresarial, la institución considera necesario que España facilite el acceso a la financiación a las ‘startups’ jóvenes e innovadoras, ya sea en Bolsa, a través de emisiones de deuda o captando capital de riesgo.
Sobre los progresos recientes, ha criticado el «limitado» progreso en las políticas para elevar la «eficacia y la eficiencia» en el mercado laboral, aunque ha dado el visto bueno al aumento de las inspecciones y las sanciones contra las empresas que abusan de los contratos temporales.
UNIÓN BANCARIA
Los técnicos del FMI han destacado que la creación de nuevos instrumentos, como el Mecanismo Europeo de Estabilización, el Mecanismo Único de Supervisión o el Mecanismo Único de Resolución han sido «importantes para la recuperación económica».
Pero a pesar de la existencia de estas herramientas, así como de la reducción de riesgos en la zona euro como consecuencia de su implementación y de la puesta en marcha de la Unión Bancaria, está todavía permanece «incompleta y fragmentada».
En concreto, el FMI ha criticado que muchas autoridades nacionales «sigan favoreciendo el cercado de capitales y liquidez», algo que es contrato la visión de la UE de una ‘banca sin fronteras’.
Como consecuencia de esto, todavía «hace falta avanzar en la reducción de la fragmentación legal» entre los diferentes países que comparten la moneda común. En este sentido, han instado a crear una línea de crédito que dependa del MEDE y a establecer un «esquema común de seguros de depósitos».