La recuperación de la economía de la zona euro «se está afianzando» y las perspectivas para la región apuntan a un crecimiento del 1,9% en 2017 y del 1,8% el próximo año.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) insta a los países del bloque a aprovechar esta oportunidad para impulsar una mayor integración y reducir sus vulnerabilidades ante las amenazas que la brecha de competitividad y la falta de convergencia de los ingresos representan para la cohesión del euro.
En su análisis anual de la economía de la región, los técnicos del FMI destacan el afianzamiento de la economía de la zona euro, subrayando la importancia capital de la política monetaria ultra laxa aplicada por el Banco Central Europeo (BCE) a la hora de garantizar la recuperación.
Sin embargo, las proyecciones del FMI apuntan a que, a medida que desaparezca el efecto base sobre la inflación de la evolución de los precios de la energía, se espera que la inflación se desacelere al 1,6% este año y al 1,5% en 2018, muy por debajo del objetivo a medio plazo del BCE.
En este sentido, la institución internacional recomienda que la política monetaria de la eurozona siga siendo muy acomodaticia hasta que exista un repunte sostenido de la senda de inflación hacia el objetivo de estabilidad de precios del BCE.
Asimismo, el FMI pide a la entidad presidida por Mario Draghi que mantenga sin cambios su orientación de futuro sobre la estrategia del BCE hasta que los cambios vengan justificados por la inflación o una evidencia sustancial de una mejora en las perspectivas de inflación.
Por otro lado, el Fondo advierte de que la mejora de las perspectivas a corto plazo para la eurozona se ven «nubladas» por riesgos a la baja a medio y largo plazo, señalando que «algunos países muy endeudados podrían ver subir sus costes de endeudamiento si hay un endurecimiento de las condiciones de financiación o una política monetaria menos laxa».
«Los países muy endeudados deberían aprovechar la recuperación y la ventana aún presente de relajación monetaria para reducir vulnerabilidades», apunta el FMI, que recomienda a los países de la zona euro «aprovechar la oportunidad» brindada por la recuperación y el momento político para impulsar una mayor integración completar la arquitectura de la Unión Económica y Monetaria.
RIESGOS PARA LA COHESIÓN
Por otro lado, en su análisis el FMI señala que la persistencia de brechas en la competitividad de los países del euro y la ausencia de una convergencia de ingresos en el seno del bloque «pueden cuestionar la cohesión de la unión monetaria» y deben ser abordados mediante acciones decisivas a nivel nacional.
De este modo, el FMI pide que las reformas estructurales dirigidas a estimular la productividad en los países más rezagados deben venir acompañadas de medidas que apoyen un reequilibrio externo mediante una mayor inflación salarial y demanda doméstica en países acreedores netos.
En este sentido, el informe del FMI sostiene que la convergencia de ingresos entre los países de la zona euro «se ha estancado», destacando que economías como Alemania se encuentran actualmente muy por encima de los niveles anteriores a la crisis, mientras que otros países, como Italia, no se recuperarán del efecto de la crisis hasta mediados de la próxima década.
Asimismo, la institución apunta que, aunque la convergencia de ingresos reales no es un requisito previo para el funcionamiento de la unión monetaria, sí se considera un objetivo clave del proceso de integración económica.
«Es importante para la cohesión de la unión monetaria, ayudando a garantizar que los beneficios de la integración son compartidos, especialmente en un entorno de bajo crecimiento donde los problemas de distribución son más apremiantes», señala el Fondo.